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5 de enero de 2018 09:47

El 15 se abrirá la calle Antonio Rodríguez

Los obreros no levantan cabeza, por eso las autoridades prevén que la obra estará listita para el 15 de este mes. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Los obreros no levantan cabeza, por eso las autoridades prevén que la obra estará listita para el 15 de este mes. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Ana Guerrero

Como hormigas, poniendo turbo, trabajan unos 20 obreros en la orilla del Machángara. Tienen una meta: habilitar el 15 de este mes la calle Antonio Rodríguez, en la ciudadela El Calzado 1 de Mayo.

Luego de cerca de dos años de tener mochada la calzada -un tramo sí se puede usar- los vecinos del sector volverán a transitar por la vía completa.

Esa es la promesa del Municipio, luego de tremenda intervención, debido a deslizamientos ocurridos en el talud del denominado parque Lineal, junto al río Machángara, en el sur de Quito.

El secretario de Seguridad del Municipio, Juan Zapata, está optimista en que se cumpla la fecha de la apertura, pese a que el clima juega en contra y genera movimientos de tierra que toca estabilizar. Por las aguas hay días que son “perdidos”.

Además, anuncia que la obra completa, para impedir que cuando crezca el río Machángara pase factura al sector, tiene un 85% de avance. Se prevé que termine a finales de este mes, aunque el plazo que se dio en julio del 2017, cuando empezaron los trabajos, fue marzo.

Los obreros no levantan cabeza, por eso las autoridades prevén que la obra estará listita para el 15 de este mes. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Los obreros no levantan cabeza, por eso las autoridades prevén que la obra estará listita para el 15 de este mes. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Esta incluye el canal de desvío del río, estabilización de taludes y rellenos. Del mismo modo, se hizo una estructura de disipación dentro del cauce del río y muro de gaviones de tres niveles: el primero de cuatro metros y el segundo y tercero de tres.

A la par, informa Zapata, se está evaluando una solución conjunta con el nuevo hospital del IESS, que queda justo cruzando el río. La cuestión es evitar que las aguas que salgan de la casa de salud vayan a complicar el panorama.

Mientras los obreros trabajan con marcha firme, la expectativa crece. Antonio Tanguila, quien dice ser el primero en haber llegado a vivir en el tramo afectado, hace más de 30 años, anda de fiscalizador. “Para qué también, después de tanto tiempo de estar botado el sector, sí se ve que están trabajando”. Él vive con una cerca azul al filo de la puerta principal de su vivienda.

En el lugar, la jornada es de lunes a viernes. Sin embargo, comentan trabajadores de la obra, si hace falta ir sábado lo hacen.

Otra moradora que corrobora que trabajan sin parar es Lorena Caisapanta, quien vive en El Calzado desde hace 15 años. Ahora que tiene su niña pequeña en un centro infantil, en la esquina de la obra, por el cierre de la vía se olvidó del automóvil, prefiere caminar que darse la vuelta por El Recreo y luego no tener dónde parquear.

Pero los moradores de El Calzado no serán los únicos beneficiados con la obra. Como esta incluye disipadores de energía, ayuda a que río abajo el agua llegue con un menor flujo. La inversión es de USD 598 489.