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16 de enero de 2019 09:32

Ellos son los duros del asfalto

Estos obreros empezaron con la intervención de la capa asfáltica de la Ecovía el pasado jueves 10 de enero. Fotos: Betty Beltrán / ÚN

Estos obreros empezaron con la intervención de la capa asfáltica de la Ecovía el pasado jueves 10 de enero. Fotos: Betty Beltrán / ÚN

Betty Beltrán
(I)

No es cuestión de soplar y hacer botellas. Asfaltar las vías de la ciudad tiene su ciencia y un grupo especializado para hacerlo. Los que intervienen en el corredor de la Ecovía suman 12; parecen guambritos, pero son ‘traga años’, porque están entre los 25 y los 30.

Si tuviesen más edad seguro que no formarían parte de ese equipo, porque para esos menesteres se requiere de mucha agilidad y aguantar temperaturas que van hasta los 170 grados, señala Paúl Claudio, superintendente de la obra.

Ese asfalto se produce más o menos en 180 grados centígrados en el sector de El Colibrí (valle de Los Chillos), y como es un derivado del petróleo huele a gasolina, kerosene, alcohol… El material se embarca en las volquetas y se cubre con lonas especiales para que mantengan el calor, al punto de la obra suele llegar hasta con 175 grados.

Estos duros del asfalto están distribuidos en operadores de tres enormes máquinas (asfaltadora y rodillos) y los trabajadores que se dividen en rastrilleros y paleros. Todos con tanta experiencia que en medio del asfalto humeante caminan como si nada.

La faena está perfectamente dominada. Por ejemplo, cada vez que deseen pueden beber agua para no deshidratarse, al cabo de 20 minutos de trabajo hacen pausas activas, además están con todas las protecciones del caso: botas, mascarillas, tapones auditivos, chalecos reflectivos, cascos… Trabajan seis horas seguidas.

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Está previsto que esta obra culmine dentro de un mes y medio, en la avenida Río Coca.

La labor es compleja porque, como recuerda Sergio Dillon, del equipo de fiscalización de la Empresa Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Emmop), primero se hace el fresado para retirar la vieja carpeta asfáltica, desde las 22:00 hasta las 05:00. Y luego, entre las 09:00 y las 15:00, viene el asfalto.

Un trabajo contra reloj, porque antes de colocar el asfalto hay una minuciosa limpieza, luego se arreglan las partes que están sobresalidas o con contornos de veredas, sumideros o pozos de revisión. Tipo 10:00 u 11:00, todo en función del clima, se tiende el asfalto en la vía que en ese momento del proceso suele estar en 170 grados.

Eso lo hace la máquina terminadora de asfalto, le carga en la tolva y un tornillo sin fin distribuye el material en todo lo ancho de la calle; en ese momento también se determina el espesor, el cual no puede ser menor de 7,5 centímetros.

Pero se coloca 9 centímetros porque, como dice Dillon, la misma máquina se encarga de la pre compactación y la deja en no menos de 7,5. Luego entran los obreros para darle el acabado perfecto, el final a la obra.

Una vez terminado el trabajo, en dos o cuatro horas la carpeta suele estar seca y se permite que el tráfico vuelva a la vía.

Justo ayer, 15 de enero del 2019, los duros del asfalto ya estaban a la altura de la parada Manuela Cañizares, en la 6 de Diciembre, y a cada rato se secaban el sudor que les sacaba el asfalto de El Colibrí.