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15 de abril de 2019 09:35

Cambian la palma de cera por totora y bambú

En la plaza de San Francisco no se vio la palma de cera, en el Domingo de Ramos. Foto: Eduardo Terán / ÚN

En la plaza de San Francisco no se vio la palma de cera, en el Domingo de Ramos. Foto: Eduardo Terán / ÚN

Ana María Carvajal
(I)

Durante décadas, los ramos que Celsa Veloz armó tenían a la palma de cera como protagonista.

Pero desde hace unos cuatro o cinco años empezaron las prohibiciones de usar esa especie para la celebración del Domingo de Ramos y le tocó aprender a tejer totora o bambú.

Conoce muy bien del oficio, porque su madre, que era florista en la av. 25 de Mayo, le enseñó a armar ramos desde que tenía “7 añitos”. Somos nacidas y criadas en esto cada año”.

La diferencia entre la totora fresca y la palma de cera es que la primera se quiebra y la segunda es fuerte, dice.

Ahora, para evitar multas y sanciones, junto a otras compañeras con las que trabaja en grupo para la tradicional misa campal de la plaza de San Francisco, hace cruces, conos, minicanastos y otros adornos de totora, que acompaña con romero, laurel y rosas y las vende por un dólar.

María Rosa Males salió a vender 300 ramos de totora que por primera vez ayudó a elaborar, gracias a las enseñanzas de su suegra. Cuenta que a ellas les traen la fibra desde Otavalo.

En cambio, doña Celsa y Jeaneth Bonilla, quienes llevan 18 años en esta tarea, compran en San Roque. La palma era tan tradicional que ellas la llaman “el ramo” y lo que ahora venden son solo “las ramitas”.

Algunas prefieren no tejer, porque el bambú, la totora y la paja toquilla no quedan igual de firmes que la palma. Por eso las flores son un toque para que los ramos estén más bonitos.

Richard Zambrano, en cambio, salió por segundo año a vender bolsitas de tela morada, en forma de cucuruchos, por un dólar. Unos son adornos y otros son para colgar en el cuello y colocar botellas de agua. Ofrecerá este producto hasta el Viernes Santo.