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11 de febrero de 2020 08:53

El parque El Ejido saldrá de las tinieblas

En el parque El Ejido, en el centro norte de Quito, hay 117 faroles y 114 luminarias que están siendo reparadas y cambiadas para darle más luz en la noche. fotos: Foto: Ana Guerrero / ÚN

En el parque El Ejido, en el centro norte de Quito, hay 117 faroles y 114 luminarias que están siendo reparadas y cambiadas para darle más luz en la noche. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Ana Guerrero
(I)

Inseguridad, venta de drogas, mal uso del espacio público. Esos son algunos de los males que afronta uno de los parques más emblemáticos de Quito: El Ejido. En las noches, el área verde se queda en tinieblas. Por eso mismo, empezaron las labores para iluminar todito.

No ve que gran parte de las luminarias no funcionan y en otros espacios no hay. Los dueños de lo ajeno aprovechan esa oscuridad para hacer del parque un enorme escondite.

Esteban Moscoso, gerente de administración de parques y espacios verdes de Quito, da cuenta de que el año pasado hubo 256 delitos en el lugar.

Claro que aunque la oscuridad contribuye con la inseguridad, en el día también hay delitos a la orden.

Rafael Morales, presidente de la Asociación de Artesanos Quito Luz de América, es fiel testigo de este panorama. Él no se ha quedado de brazos cruzados y asegura que en más de una ocasión ha hecho solicitudes en las dependencias municipales para que intervengan en el parque.

Con decirle que, comenta Óscar Cano, otro artesano, se han topado con que esconden la droga debajo de los puestos de los comerciantes. A veces lo hacen en el día, al descuido. Otros, en cambio, hasta guardan las sustancias sujetas a fiscalización en sus partes íntimas. Como lo oye.

Trabajadores reparan y cambian las luminarias para darle más luz en la noche al parque. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Trabajadores reparan y cambian las luminarias para darle más luz en la noche al parque. Foto: Ana Guerrero / ÚN

De ahí que los artesanos han optado por colocar un cerco improvisado detrás de sus puestos. En el área hay bajito unas 12 asociaciones de trabajadores.

El dirigente es enfático en la necesidad de intervenir el parque en todos los frentes. Se queja porque, además, la gente hace de los árboles patrimoniales urinarios.

Lo que corrobora Moscoso. Y verá que en el parque del centro norte de Quito está el grueso de los árboles que han sido catalogados oficialmente como tesoros en la capital, unos 145.

En el área verde se pueden distinguir los letreros colgados en aquellos que tienen esa categoría. Hay harto ciprés de Monterrey. Solo en una de las rutas desde la av. Patria hacia la Caja del Seguro se distinguen nueve.

Como dice el funcionario municipal, El Ejido ha sido violentado durante 100 años y habría que declarar a los árboles emblemáticos como ciudadanos.

Por eso, la propuesta de intervención es integral. En el caso de la iluminación, la semana pasada (3 de febrero del 2020) empezaron ya las tareas.

Se puede ver a contratistas de la Empresa Eléctrica Quito retirando luminarias dañadas. Como cuentan, hasta la próxima semana la obra estará bien avanzada. Dan cuenta de no menos de 117 faroles y 114 luminarias alrededor del espacio. Además, se intervendrá el mobiliario.

En cambio, la propuesta de colocar cerramiento ornamental al parque aún no está definida, pero, según Moscoso, esta tiene el agrado del alcalde Jorge Yunda. Y será socializada.

Eso sí, no se trata de restringir el uso del parque. Agrega que de las más de
3 000 hectáreas de espacios verdes que hay en Quito, 1 800 corresponden a parques con cerramientos, con horarios para acceder.