El Pasaje Sanguña, en el Centro Histórico, no se levanta
Mosqueados andan los comerciantes de los alrededores del Pasaje Sanguña, en el sector de El Tejar (calles Mideros y Chile). El 20 septiembre, el Municipio les ofreció que en los primeros días de octubre, luego de siete años, comenzaría la obra para levantar el centro comercial en el sitio donde colapsó un colector, allá por el año 2010.
Un mes después, lo que se observa en el sitio es un cerramiento con láminas metálicas. Y, desde el lunes, según los comerciantes, el trabajo de una motoniveladora, un rodillo y una cargadora de la Epmmop.
Ayer también estaban tres obreros. Ellos aseguraron que están a la espera de lo que diga un estudio para ver si la tierra es compacta y, después del feriado, comenzar a colocar la grava.
Mientras tanto, se agota la paciencia de los comerciantes de los centros comerciales Mideros y El Tejar, y los del Pasaje Sanguña. Así lo dejaron claro en una reunión del viernes.
Beatriz Yupangui, del Mideros, comentó que hace año y medio “con las obras de un colector en el Pasaje Sanguña, algo se hizo en las tuberías de las aguas negras” y toda la pestilencia aledaña llega a su centro comercial. Agregó que “esa suciedad sale como pila, sobre todo cuando llueve”.
Aseguró que en los 12 años del edificio, jamás ha sucedido eso. Yupangui pidió que primero se arreglara ese daño y luego se levante el centro comercial del Pasaje Sanguña. “Las aguas de los servicios higiénicos están dañando al Mideros e inundando su parqueadero”, afirmó.
En la reunión tomó la palabra Fanny Sampedro, de la directiva del Pasaje Sanguña. Ella insistió que no son los culpables de lo que sucede en el Mideros. “Para hacer nuestro centro comercial, la Epmaps revisó todo el sistema del alcantarillado”, indicó.
De esta afirmación da fe la empresa municipal, que dijo que hace tres meses culminaron las inspecciones televisivas del alcantarillado y reparaciones puntuales en el Pasaje Sanguña.
Sampedro repitió, una y otra vez, que para levantar el centro comercial ya tienen “todo en regla, listo el presupuesto, completos y aprobados los planos, además de los permisos de construcción”.
Rubén Peñafiel, del centro comercial El Tejar, subrayó que lo único que se trata de hacer es buscar solución y que el ofrecimiento del Alcalde se concrete y se cumpla la entrega en seis meses. Pero eso solo será posible, inquirió, “cuando haya maquinaria y hombres trabajando”.
En todo caso, lo que le preocupa a todos los comerciantes de la zona es que el cerramiento les ha dejado enclaustrados y los clientes no caminan por esos sitios.
En estos trabajos también interviene el Instituto Metropolitano de Patrimonio, cuya vocera ofreció hablar hoy con este Diario.
