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26 de octubre de 2017 08:27

Paseo por la muerte en Quito

Se acerca Finados. En cementerios se aprovecha para limpiar tumbas. Foto: Archivo

Se acerca Finados. En cementerios se aprovecha para limpiar tumbas. Foto: Archivo

Redacción Últimas Noticias

La cultura funeraria de Quito no se ha quedado estática. Solo desde la Colonia hasta la actualidad, bajito, se cuentan seis momentos que han marcado la historia de los sepelios.

Ya se acerca el Día de los Difuntos y estas tradiciones saldrán a relucir en el Encuentro Nacional de Cultura Funeraria. El evento es hoy 26 de octubre  y mañana, en el Museo de la Ciudad.

Habrá visitas a cementerios, presentaciones de libros, discos y exposiciones de expertos en la muerte. Uno de ellos es el historiador Javier Gomezjurado.

El entendido hace un recorrido por los momentos históricos de los sepelios. En la Colonia, apunta, no se usaban ataúdes, los cuerpos se velaban en los hogares y luego eran llevados a la iglesia. Este proceso duraba no menos de tres días.

De los rezos, la misa y los santos óleos dependía la salvación o la condena del alma. En la largura de velatorio, no importaba el contagio de enfermedades, pues muchos morían por las pestes de la época.

Los difuntos de familias con recursos iban a parar en las criptas de los templos y los pobres, a un campo santo en la antigua quebrada Jerusalem, donde hoy es la 24 de Mayo.

Aunque no es seguro, debajo de las edificaciones de ese espacio del Centro todavía podrían quedar restos de aquellos difuntitos.

Como en ese tiempo no se acostumbraba a sepultarlos en ataúdes, los velorios y sepulturas se daban amortajando el cuerpo. El uso de las cajas llega con los cementerios públicos.

Primero fue El Tejar y después, San Diego. Aunque, en el primero de estos ya hubo entierros cuando funcionaba como ermita.

El de San Diego, donde ya empezó la costumbre de enterrar en féretros, se inauguró en 1872 y el mismo día llegó la primera inquilina, María Benalcázar.

Gomezjurado señala otro salto. A finales del siglo XIX e inicios del XX aparecen las funerarias. Esos servicios, anteriormente, eran prestados por la Iglesia. Otro de los pasos fue la cremación, que se popularizó en Ecuador a finales del siglo XX y que no solo cambió la tradición de los sepelios, también de la concepción de la muerte y la resurrección.