Pastillas ‘mágicas’ en Lagunas
‘Mira nomás, qué pez tan grande”, gritaba Soledad Cunalata. Y señalaba con el dedo un rincón de la laguna La Alameda que estaba lleno de peces, justo bajo uno de los puentes. La pequeña acudió, junto con su familia, a este lugar del centro-norte de Quito.
Ante el emocionado grito, otros niños corrieron a mirar el espectáculo. Por allí, entre las personas mayores, surgió un “qué pena, nadan en medio del agua sucia”. Y Pedro Cunalata, padre de Soledad, hizo una pregunta reiterada: ¿cuándo harán
la limpieza?
Sebastián Rivera, administrador del sitio, comentó que ya mismo se retirarán las algas y los sedimentos de la laguna. Hace unos días, agregó, se enteró que se harían esas tareas y está atento a lo que le diga el Municipio.
Sin embargo, la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop) descartó un vaciado del agua para hacer una limpieza profunda, pues en la actualidad se trabaja con pastillas bioactivadoras que ayudan a purificar el líquido.
Además, en La Alameda es complicado realizar un retiro total del agua, porque los peces que allí habitan corren riesgo de morir, apuntó la Epmmop.
Eso ocurrió en el 2013, cuando en este espacio de 5 572 m² se hizo el vaciado y los peses pequeños se fueron por el caño.
En aquel año, se encontraron basuras y algas, pero también pantalones, chompas, zapatos, celulares, cámaras, billeteras, gorras y varias monedas. Y un pez enorme de más de 20 libras, llamado cabeza de mono. Hace cuatro años se hizo el último vaciado y desde entonces se determinó que no es prudente hacerlo.
De allí que la Epmmop informó que desde hace 15 días se trabaja con un bioactivador que mejora la calidad de los ecosistemas acuáticos sin peligro para la fauna y flora. La aplicación de esas pastillas se realiza cada semana, por los administradores de estos espacios; además, realizan un registro para observar los cambios.
Lo mismo se hace en la laguna de La Carolina, informó el ente municipal. En ese sitio, ubicado en el norte de la urbe, también se nota que el agua no está tan limpia, pero nada comparado con su ‘colega’ de La Alameda.
Sin embargo, Richard Benavides, administrador del Parque Náutico, apuntó que tenían planeado hacer la limpieza después del feriado de Carnaval, pero aún no decide la fecha porque están probando los químicos que se usarían.
En noviembre del 2019, en la laguna de La Carolina -que tiene un área de
9 238,29 m²- se efectuó el último vaciado. En esa ocasión, los trabajos duraron un total de 15 días.
Así las cosas, en estas dos lagunas artificiales los usuarios seguirán paseándose en botes: seis de pedal y tres de remo funcionan en La Alameda; y 35, en La Carolina. En los dos casos, los pequeños son los que más gozan y salen con una sonrisa de oreja a oreja.
Por media hora, en La Alameda se pagan entre USD 2 y 3, depende del bolsillo, aseguró Rivera; es que “da pena ver que las familias tratan de distraerse sanamente, pero no tienen un centavo”, apostilló.
En La Carolina, en cambio, los 30 minutos cuestan USD 4,90 y la gente paga nomás sin chistar y eso que allí no hay peces multicolores ni tampoco el primo del cabeza de mono.
