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15 de febrero de 2018 09:20

Dueña de perros, que atacaron a una mujer, será acusada 

Una de las hijas de la fallecida Sandra Quishpe muestra el lugar donde encontraron a la víctima luego del ataque

Una de las hijas de la fallecida Sandra Quishpe muestra el lugar donde encontraron a la víctima luego del ataque. Foto: Euardo Terán/ÚN

Diego Bravo

“Cuida a mis hijos, que te aman como si fueras su madre. Siento que me voy y pierdo las fuerzas”. Esas fueron las últimas palabras que le dijo Sandra Elizabeth Quishpe, de 35 años, a su hermana, antes de morir tras ser atacada por cuatro perros en el barrio San Luis de Chillogallo, sur de Quito.

La tarde de ayer los familiares de la víctima recordaron cómo fueron sus últimas horas de vida antes morir. Ella ingresó a las 7:40 al Hospital Enrique Garcés y falleció a las 15:00. En ese tiempo, ella conversó con sus parientes antes de ingresar al quirófano.

“Esos perros me arrastraron, tenían una ansiedad de comer carne y me mordían como querían. ¡Tenía mucho miedo! Yo les gritaba y ustedes no me escuchaban”, eso le dijo a Michelle Lema, de 21 años, hija de la víctima.

Tras el ataque, Sandra estaba irreconocible -según sus allegados- bañada en sangre. Los canes le rompieron parte del cuero cabelludo y huesos de la cabeza. Le devoraron el talón y el músculo de la pierna. Se le veían las venas y arterias del brazo. Su cuñado, Hernán Lema, fue el primero que la encontró herida. Explicó que el ataque se produjo en un pequeño sendero de tierra y hierbas.

Los parientes de Quishpe acudieron la tarde de ayer a la Fiscalía para presentar la denuncia. Piden que se haga justicia y este caso no termine en la impunidad.

Posibles cargos penales

Una pena privativa de libertad de 3 a 5 años podría ser la sanción para el dueño de un perro que ataque a una persona hasta causarle la muerte. Esto se aplicaría con base en el artículo 145 del Código Orgánico Integral Penal (COIP).

Así lo indica el doctor Walter Enríquez Vásquez, abogado y exdecano de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Central del Ecuador.

A su juicio, lo que se evaluaría con el debido proceso, en un hecho de esta índole, es el grado de responsabilidad frente al cuidado que debe tener el dueño con su mascota. Se aplica más aún en este caso que generó alarma social ya que cuatro canes atacaron a una ciudadana, argumentó el jurista. Es decir, el propietario tuvo que ser precavido en el cuidado de sus animales.

No hubo una actitud dolosa -acota el doctor Enríquez- pero sí hubo una de orden culposo. En cuanto a los daños y perjuicios, en su momento, el dueño de los animales debe responder como responsabilidad civil.

En este sentido, ayer la propietaria de los perros -llamados Tomás, Daki, Lazy y Drago- afirmó estar consternada por lo sucedido. “Fue un caso fortuito, un accidente. Como usted ve aquí hay un cerramiento grande, un terreno de 1 300 metros en donde los perros recorrían por aquí”.

“No se sabe cómo los perros terminaron afuera”, repite la dueña de los canes. “Tenemos una presunción de que, por robar, nos abrieron la puerta y los perros terminaron así. Nos retiraron a los perros la noche del sábado, a las 20:00.

Llegaron funcionarios del Municipio, de la Agencia Metropolitana de Control. Me defenderé con mi respectivo abogado porque tengo derecho a defenderme”, dijo la mujer.