Un policía consoló a un niño en la vía
Aún recuerda el llanto de Derek, niño de 2 o 3 años. Al verlo fuera de un auto accidentado, en la av. Simón Bolívar, llegando a Guápuo, instintivamente solo pensó en hacer algo para calmarlo.
Ramón Salazar, cabo primero de la Policía Nacional, tiene 35 años y un hijo, Aarón, de 4. Así que pese a que estaba camino a casa, luego de una jornada de prevención, al pasar junto a la escena del accidente de tránsito no dudó en parquearse para ayudar.
El domingo lo recordaba, sin entender por qué les parece tan valioso su accionar. Cree que es lo que muchos policías hacen, sin que se difundan sus historias.
La madre de Derek estaba de cabeza, atrapada en su cinturón de seguridad. Pero cuando él ya tenía en la mano la navaja para tratar de ayudarla, vio que paramédicos iban a socorrerla. Por lo que se centró en el pequeño, ayudó a que confirmaran que estaba bien, tiene lastimada la pierna.
Lo tomó en brazos y a todas las preguntas el niño respondía con un “OK” luego supo que hablaba inglés. Otro conductor se detuvo y le prestó un celular y el policía recordó que su hijo disfruta con Paw Patrol. Buscó los videos y Derek por fin dejó de llorar.
La Agencia Metropolitana de Tránsito intervino, no solo haciendo circular a los vehículos sino cuidándolo mientras consolaba a Derek. Esos 45 minutos, sentado en plena Simón Bolívar, pasaron volando.
Cuando Derek se tranquilizó, los bomberos le pidieron llevarlo junto a su mamá. “Ella le dijo ‘baby’ y más palabras en inglés”.
El sábado, su esposa Andrea le mostró en redes sociales la historia, que él no le había contado.
¿Quién es?
Ramón Salazar es preparador físico de cadetes en la Escuela Superior de la Policía. Pero por la emergencia sanitaria recorre la ciudad, en labores
de prevención.
