Poliperros, una mano amiga para los peludos
La misión empezó hace dos años y medio: dar una mano a los perritos que hicieron de las instalaciones de la Escuela Politécnica Nacional su hogar.
Primero fue Chiquita, una perrita que llegó para quedarse. La peluda tuvo varias camadas y finalmente, cuando ya agarró confianza, lograron esterilizarle y atenderle. Y a varios de sus cachorros les encontraron un hogar seguro, entre estudiantes y docentes de la institución educativa.
Génesis Chuquimarca, estudiante de Agua y Saneamiento, es una de las integrantes de Poliperros EPN. Ella da fe de la labor, en la que también participan Andrea Castro y otros 15 voluntarios.
En principio, una fundación de Quito les apoyaba en el proceso de esterilización de los animales. Luego el veterinario Diego Cadena se sumó a la causa.
En principio eran 10 perros los que se volvieron vecinos de la ‘Poli’. De a poco, les fueron encontrando hogar. Actualmente, son cuatro: Grandote, Capitán, Bruna y Asiri. Cada uno se encuentra esterilizado, con collar y placa. Son bien queridos en la universidad, tanto que a veces hasta reciben clases. Así cuentan docentes de la institución.
Grandote es el líder de la manada y Capitán, el más abuelito. A este último, cuenta Génesis, además de comida le dan medicinas para la artritis.
Para la alimentación de los perros se turnan. Tienen un chat de WhatsApp y un grupo en Facebook. Hasta página tienen en esta última red social. A través de esta han difundido cuando un peludito necesita hogar y entre la comunidad educativa buscan su nueva casa.
Uno de los peludos se fue directo a Ambato. Eso sí, hacen un seguimiento para estar seguros de que estén bien cuidados.
Cuando llega algún perruno a la universidad y alguien lo ve, de inmediato se comunican con Poliperros. De ahí se evalúa cada caso.
Los integrantes de Poliperros consiguen los recursos por autogestión. La Federación de Estudiantes de la Escuela Politécnica Nacional les entregaba un aporte cada mes. Ya no les pueden dar el acolite fijo por temas de recursos, pero lo hacen cuando pueden y les apoyan con gestiones.
De ahí que, como cuenta Génesis, el camino ha sido la autogestión. Han hecho rifas, participado en ferias y han recibido donaciones de comida, por ejemplo, por parte de docentes de la universidad.
Así que la comunidad puede acolitar para que Poliperros pueda seguir con la labor. Pueden comunicarse por Facebook o hacer sus donaciones a la cuenta de ahorros del Banco Pichincha número 2204389711, a nombre de Wendy Quilumbaquin.
