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2 de abril de 2019 10:01

Ellos reparan gratis su artefacto 

Las reparaciones son para aparatos no muy grandes. No llevará la refri. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Las reparaciones son para aparatos no muy grandes. No llevará la refri. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Betty Beltrán
(I)

¡Pilas, vecinos! Resulta que el último jueves de cada mes podrá compartir con la gente de la Escuela Politécnica Nacional una taza de café y darle una segunda oportunidad a sus artefactos eléctricos. Y todo gratis.

La cita con el denominado Café de Reparación Tecnológica será en la plazoleta del Edificio de Aulas y Relación con el Medio Externa que está ubicada en la calle Toledo, sector La Floresta, desde las 10:30 hasta las 14:00.

Justo en ese lugar, un grupo de estudiantes de la carrera de Mecatrónica e Informática de la Escuela de Formación de Tecnólogos le dará una mano. Ellos forman parte del proyecto de investigación de vinculación con la sociedad que brinda un servicio de diagnóstico de pequeños dispositivos electrónicos, recuperación de componentes útiles y reparación.

Los elementos que serán receptados para el servicio de diagnóstico y posible reparación son licuadoras y procesadores de comida, microondas, planchas, secadoras y planchas de pelo, lámparas domésticas, wafleras, sanducheras, computadoras, hornos eléctricos o a gas, celulares y tablets.

No irá llevando cosas grandes, oirá. Por ejemplo, teles, refrigeradoras, lavadoras o motores grandes.

Carlos Cevallos, profesor del Departamento de Ingeniería Mecánica, cuenta que los técnicos que estarán atendiendo serán los guambras que están a puntito de graduarse en la carrera de Mecatrónica e Informática. Son tres años de estudios y son buenazos.

Como ya se ha pensado que, de pronto, les lluevan los clientes, se unirán más estudiantes. Incluso la guambrada de algunos colegios técnicos. Esa fusión está en camino; el proyecto está financiado por la Escuela Politécnica Nacional y cuenta con la ayuda de la Asociación Arte y Libertad.

Esta última institución incluso ha permitido que el Café de Reparación Tecnológica se replique en tres barrios de Quito: Ecuatoriana, Caupicho y Lucha de los Pobres. En cada uno de estos sectores se montará el proyecto los fines de semana, durante el día de mercado, en las casas comunales.

Pero primero darán charlas sobre la obsolescencia tecnológica y sobre por qué hay que reparar las cosas. También les enseñarán guías generales sobre el buen manejo de los electrodomésticos y les darán a conocer temas relacionados al ciclo de vida de esos aparatos. La Ecuatoriana será la primera en la lista, este domingo 7 y siguiente domingo 14 de abril.

Tras esa enseñanza, las reparaciones serán la tercera semana de abril. Ahí, los vecinos aprenderán incluso cómo sacar los metales de las placas electrónicas (oro, por ejemplo). En mayo se irán a la Lucha de los Pobres y en junio, a Caupicho.

Si por acaso el equipo no tuviera reparación se dará a conocer sobre el manejo de residuos y su eventual recuperación de componentes como parte de repuestos para otros artefactos.

Porque el objetivo es, como dice el maestro, luchar contra la obsolescencia tecnológica porque las cosas se pueden reparar. Incluso aquellas que tiene chulla vida, como las impresoras, se les pone lo necesario para que vuelven a funcionar, dice Cevallos.

Porque las cosas son de uno y tiene derecho a repararlas, sentencia Ismael Suquillo, estudiante de la Facultad de Tecnólogos de la Politécnica de la carrera de Tecnología Electromecánica, porque el proyecto propone no comprar un aparato nuevo sino un repuesto y componerlo. O sea, darle un respiro a la naturaleza.