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16 de junio de 2020 11:32

Productos saludables del campo al hogar 

Los productos vienen de Cotopaxi. En la ciudad se distribuyen en bicis. Foto: cortesía

Los productos vienen de Cotopaxi. En la ciudad se distribuyen en bicis. Fotos: cortesía

Ana Guerrero. (I)

Hasta en bici, fresquitos, llegan a los hogares quiteños alimentos directo del campo. Los productores tienen una alianza con distribuidores urbanos. Así, además de comer sano, la comunidad paga lo justo. El lema de la propuesta: ‘De la mata a la olla’.

La iniciativa ya está en marcha en cuatro sectores de Quito: Chillogallo, en el sur; Iñaquito, Carcelén y Carapungo, en el norte. Son alimentos agroecológicos, sin intermediarios, van con todas las medidas de bioseguridad.

Monserrath Santillán (conocida como Ruruchik) es parte de la propuesta; se encarga, junto con Elizabeth Cáceres, del norte y valles. Se suman Mercedes Figueroa (Carapungo ) y Patricia Córdova (Iñaquito). No se queda fuera el Colectivo de Artes Populares La Changa, que realiza entregas en bicicleta.

Santillán cuenta que trabajan con miembros de comunidades de Latacunga, Pujilí, Salcedo y Saquisilí. En el caso del norte, los productos llegan el miércoles, a las 06:00, a Carcelén. Ese mismo día se realizan las entregas. Claro que los pedidos se reciben hasta el lunes al mediodía.

Para cada sitio hay un número: Carapungo, 099 837 1010; Iñaquito, 099 266 8794; norte y valles, 099 262 7114, El Bosque, 099 966 6224. En el sur, las entregas son el jueves y las listas se dan hasta el martes en la noche, al 099 513 9456.

Los productos vienen de Cotopaxi. En la ciudad se distribuyen en bicis. Foto: cortesía

Karen Salcedo, de La Changa, cuenta que las tareas en el sur se hacen con un equipo de unas nueve personas, distribuidas en varias áreas: control de calidad, adecuación de bicicletas y distribución. Todos reciben y entregan los productos con las respectivas medidas de bioseguridad.

Cada canasta tiene 20 productos y un costo de USD 17. Aunque Salcedo detalla que también hay una opción de USD 12. Le llegan verduras, hortalizas y frutas de temporada. Hay chance de añadir aguacate, albahaca, chochos, pollo de campo, higos, miel de abeja, huevos, queso y también maíz seco.

La iniciativa es parte del proyecto El Futuro de la Alimentación, con la Fundación Heifer a la cabeza, que en la actualidad cuenta con el apoyo del Municipio del Distrito Metroplitano.

Santillán, una emprendedora que colabora con otras personas que empujan sus propuestas, agrega que además de contribuir con los productores y los comensales también se genera trabajo. Los distribuidores ponen sus conocimientos para abrir el mercado y ya están incursionando en la venta de los productos en restaurantes. De paso, como primerito probaron la mercadería, garantizan el sabor, con ese toque de campo y sin químicos.

Las medidas de bioseguridad se han implementado en todos los puntos de la cadena. De entrada, los encargados de la distribución cuentan con kits de bioprotección, que constan de trajes, mascarillas, guantes, gafas, cloro y alcohol.

Por otro lado, el Municipio se encarga de desinfectar los centros de acopio antes y después de la entrega. Los productores hacen su parte en el campo, para ello recibieron un protocolo de bioseguridad para el manejo y traslado de alimentos, así como para su cuidado durante el viaje y el regreso a sus viviendas.