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10 de marzo de 2020 10:09

El Quito da buena cosecha

Los estudiantes cosecharon ya sus plantas. Tenían ilusión por llevar los frutos a casa.Foto: Ana Guerrero / ÚN

Los estudiantes cosecharon ya sus plantas. Tenían ilusión por llevar los frutos a casa.Foto: Ana Guerrero / ÚN

Ana Guerrero

Aprender haciendo y, de paso, entablar una relación estrecha con la naturaleza. Estudiantes del Colegio Humanístico Quito se pusieron manos a la obra y armaron un huerto orgánico. Luego de cuatro meses de esfuerzo, de cuidados y de mimos a las plantitas empezaron la semana cosechando.

El huerto se encuentra en las instalaciones del Museo Interactivo de Ciencias (MIC), que es vecino del Colegio.

Los jóvenes lo trabajaron de la mano de los profesionales del establecimiento y con el acolite técnico de la gente de la incubadora de emprendimientos ConQuito.

Espinaca, remolacha, lechuga, nabos y tomates están en la lista de productos que plantaron. Bueno, para los tomates aún falta alrededor de un mes y medio para la cosecha, pues estos requieren un poco más de tiempo.

Estudiantes del Colegio Humanístico Quito se pusieron manos a la obra y armaron un huerto orgánico. Foto: Ana Guerrero / ún

Estudiantes del Colegio Humanístico Quito se pusieron manos a la obra y armaron un huerto orgánico. Foto: Ana Guerrero / ún


Marianela Olipa, rectora del plantel, comparte la alegría de los jóvenes al conservar sus productos. La iniciativa se encaminó de la mano con las jornadas de participación estudiantil, uno de los procesos que obligatoriamente siguen los estudiantes antes de graduarse del ‘cole’.

En el plantel también tienen un huerto. El que se encuentra en el MIC lo desarrollaron con una capacitación especial que incluyó enseñanzas respecto de la preparación de la tierra, la importancia del abono y formas naturales de evitar o tratar las plagas en las plantas, entre otras.

Marcus Uvidia, técnico de mediación y participación comunitaria del MIC, guió a los jóvenes en el proyecto, que forma parte de la iniciativa denominada Fotosíntesis Urbana. Ya antes habían participado los alumnos del mismo Colegio Quito, luego siguió con la Escuela Brasil (ahora parte del Colegio Montúfar) y, ahora, volvieron los pioneros.

Uvidia da cuenta de que los estudiantes aprendieron paso a paso y los resultados ya son evidentes. Pero no solo la cosecha como tal, sino la responsabilidad de cada uno, así como la ilusión de compartir en los hogares los productos que cuidaron.

Los estudiantes cosecharon ya sus plantas. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Los estudiantes cosecharon ya sus plantas. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Luis Mendoza, coordinador del MIC, clarito cuenta que el desarrollo de conocimientos va de la manito con los valores como, justamente, el cuidado de la naturaleza. Esta es una de las propuestas que han emprendido como parte del proceso de vinculación con la comunidad.

Evelyn Tucumbi, de segundo de Bachillerato, y sus compañeros siguieron al pie de la letra los pasos en el huerto y hasta tienen un sistema de riego por goteo. Ella ya había sembrado donde su abuelita. Ahora, en la ciudad, lo hizo aprendiendo temas como los productos que pueden crecer en climas como el de Quito.

Dylan Quiñónez, de 18 años, dio los primeros pasos en la agricultura en Loja, donde unos familiares. Pero en el MIC, ya con una guía técnica, perfeccionó lo que sabía y aprendió varias formas de sembrar.

Los estudiantes aprendieron paso a paso y los resultados ya son evidentes en los huertos. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Los estudiantes aprendieron paso a paso y los resultados ya son evidentes en los huertos. Foto: Ana Guerrero / ÚN


Camila Heredia, también de Bachillerato, siguió el proceso de la mano de su mamá, Narciza, pues tanta dedicación pusieron que hasta los fines de semana iban a regar las platas.

Y el entusiasmo es más, pues ya tienen un huerto en la casa. La joven cuenta que pidieron al dueño de casa un espacio que no estaba siendo utilizado y armaron el pequeño sembrío.

Como explica Uvidia, todos pueden tener su propio huerto. Ya sea en el terreno como tal, macetas o cajoneras. Y para el abono no olvide separar los residuos.