La estaciones de buses sí tienen baño... ¿y las del Metro?
¿Qué tienen el Trole, el Metrobús, la Ecovía y los corredores exclusivos que no tendrá el moderno Metro? Pues, baños. Según la Empresa Metro de Quito, no están contemplados porque a las estaciones del sistema de transporte que se construye se las considera de paso. Uno llega ahí, toma el vagón, se baja en su estación de destino y sale.
Como todo eso se supone que será rápido, en minutos, no se requiere de servicios higiénicos, explicó Andrea González, directora de Comunicación de Metro Quito, a EL COMERCIO.
Y no habrá baños ni en las estaciones más grandes, El Labrador y Quitumbe. En cambio, en las estaciones de inicio y fin de los recorridos del sistema integrado de buses descrito arriba, sí hay servicios higiénicos.
Hicimos un recorrido por ellos y están bien mantenidos. Así que si le da ganas de ir al baño cuando viaje, ruegue que sea cuando use esos buses.
En la Ofelia: ‘Se limpia las veces que sean necesarias’
Con trapeador en mano pasan en los baños de la estación de La Ofelia, en el norte de Quito. “Se limpia las veces que sean necesarias”, comenta Carmen Almache, quien está encargada del establecimiento desde hace 10 años.
Y el trabajo de doña Carmen se nota. Usted entra y, a menos que algún rudito haya hecho de las suyas, se topa con unos baños bien limpiecitos.
Ruth Vega, usuaria diaria de la estación y de los baños, confirma que todos los días se topa con el lugar en buen estado. El precio no varía: USD 0,15 incluido el pedazo de papel.
De una lado están los baños para damas y del otro, para caballeros. Y en el mismo baño hasta hay cabinas telefónicas, por si se le presenta alguna otra urgencia. Más afuerita le venden hasta una agüita para recargar motores y seguir con el viaje.
En la Ecovía se rotan en estación hacia las parroquias
Se rotan para la limpieza y la distribución del respectivo pedazo de papel. En la terminal norte de buses, esta es la dinámica a la que se rigen las mujeres que atienden en los baños.
Rocío Cabascango, de la Asociación Vida Nueva, es una de ellas. Cuenta que les toca la tarea dura porque hay gente que no mismo cuida y ensucia hasta por si las moscas.
Ella trabaja 15 días, alternados con otra compañera, y luego rota por sitios como Chiriyacu, el Camal Bajo, Capulí, entre otros.
En la estación, como en otros baños públicos, las tapas en los inodoros están bien aseguradas para que ningún vivo se las lleve.
La tarifa para el ingreso es la misma que en la Ecovía: USD 0,15 con papel y 0,10 solo el uso del urinario.
En el lugar labora Vianey Valencia. Según ella, la planilla del agua a veces llega a los USD 300.
En la terminal de la Río Coca remodelan
Mujeres a un lado de la vía y hombres al otro. Así están separados los baños en la estación Río Coca de la Ecovía. No ve que andan en remodelación de los “pipiroom” oficiales. Así contó la mujer encargada de la limpieza del sitio destinado para las mujeres. Y las obras se pueden ver fácilmente.
Ella, quien se apresuraba a recoger los papeles de los tachos de basura, prefirió no identificarse. Lo que sí aseguró es que ella trabaja en el sitio ayudándole a su tía, quien paga un arriendo por el sitio.
Cada ingreso al sanitario, con papel incluido, cuesta USD 0,15. Con ese valor accede a un baño que para Nelly Caiza, usuaria, “no es ni tan limpio ni tan sucio. En la mañana sí suele estar bien arreglado”.
Los hombres, en cambio, deben ir a unas baterías sanitarias provisionales. En estás nadie les cobra, eso sí les toca acomodarse para ingresar por el espacio que queda entre el paso de los buses y la acera.
En La Y, la limpieza de los SS.HH. es continúa
“Me disculpa, pero hay más sucios que limpios”. Con esta expresión resume Grecia Gómez, quien atiende de 06:00 a 14:00 en los baños de mujeres de la estación La Y del Trole.
Y aún así, entra a los baños y están decentes. La mujer cuenta que a ella le toma la posta su sobrina, quien se queda de 14:00 a 22:00. En el de hombres, en cambio, “se vela”. La tarifa para el servicio se repite: USD 0,15 con papel.
En el baño hasta flores le ponen junto al espejo, para que se guapee con gusto. Mientras Grecia cuenta que en su turno acaba unos 5 rollos de papel, le dicen: “no le pago porque solo me voy a poner el lápiz labial”. De cada rollo salen 20 segmentos, uno para cada usuario.
En La Marín, hay y no hay servicios
La estación del Playón de la Marín no cuenta con servicios higiénicos, así que los usuarios de ley tienen que salir y caminar unos 100 metros para usar los baños que administra una asociación.
Las mujeres se rotan para atender de 06:30 a 20:00; cobran USD 0,15. Hay 4 retretes limpios. Los dos lavabos tienen suficiente agua, y el mesón está adornado con flores. Hay espejos grandes, una maravilla para las mujeres coquetas, indica la dependiente.
En la estación -también en La Marín- de donde salen los buses que van hacia el valle de Los Chillos sí hay baños. Durante 15 horas, entre las 06:30 y las 21:30, están abiertos los servicios higiénicos. La mujer que allí atiende confirmó que sus usuarios son constantes, pero a las 17:00 llegan de golpe y hasta hacen fila.
El papel cuesta USD 0,15 y quien lo adquiere tiene derecho a lavarse las manos con jabón. Las paredes nomás están con rayones y frases de amor y de despecho.
En El Recreo, los baños sí que relucen
Hay que entrar saludando en los servicios higiénicos que se habilitaron en la estación El Recreo. Si entró apurado y sin decir: buenos días, tardes o noches… se fregó porque las damas que venden el papel le llamarán la atención.
Alhajito es el sitio, hasta floreros y maceteros con plantas de la buena suerte están en las divisiones de cemento de estos sitios que tienen una alta demanda de usuarios. Y para que no se retire con manos sucias, hasta jabón líquido hay.
El pedazo de papel higiénico también cuesta USD 0,15. Los lavabos no tiene espejos, pero sus paredes brillan como si lo fueran. Ni una sola mancha. Todo es aseado.
El Niñito Jesús custodia en Quitumbe
Si quiere hacer una ‘parada técnica’ en el baño de la terminal Quitumbe, no hay drama. Allí todo está nítido y sin malos olores. La limpieza se nota al ingresar a cualquiera de los seis baños que hay en el apartado de las mujeres, e igual número en el de hombres.
Hasta lavabos y enormes espejos para guapearse hay. Eso sí, el paso solo se admite con el pago de USD 0,15, a cambio de un poco de papel higiénico.
En la entrada se ubica una mujer con tremenda vitrina. A la vista se ve desde cepillos de dientes hasta tabacos. El ir y venir de los usuarios es constante, por eso las dependientes se turnan durante todo el día para atender. Siempre custodiados de una gran imagen del Niñito.
Los servicios siguen papelito en Guamaní
Los servicios higiénicos de la estación Prolongación Ecovía-Guamaní, localizada en la salida sur de Quito, están ubicados en la entrada de una de las boleterías del lugar. Solo tiene que decirle al guardia que le permita salir y luego ingresar sin pagar otro pasaje.
Una vez en el baño, cuatro inodoros por cada sector de mujeres y de hombres, se encuentra con todo limpio, pero eso sí: debe llevar el papel higiénico porque nadie le venderá.
No hay manchas ni rayones en paredes ni puertas, “porque es nuevo el mobiliario”, indicó Ana Villa, una usuaria que se acercó al sitio. O quizá, agregó, “porque hay muy poca gente que lo usa”.
