placeholder
Las Últimas
26 de octubre de 2017 18:53

Quito tiene varios lugares donde se expende licor artesanal

Operativo policial sobre el licor adulterado en San Blas, en el centro de Quito. Foto: Paúl Rivas / ÚN

Operativo policial sobre el licor adulterado en San Blas, en el centro de Quito. Foto: Paúl Rivas / ÚN

Evelyn Jácome

No es la primera vez que las autoridades llevan a cabo operativos para detectar licor artesanal. En septiembre del 2012, en el sector de San Blas se incautaron 152 canecas de 6 litros, 6 galones de 20 litros y 5 galones de 4 litros con puntas.

En ese entonces las autoridades confirmaron que el licor artesanal se lo distribuye clandestinamente en el Centro Histórico a delincuentes, mendigos y alcohólicos. Durante el decomiso se encontraron moscas, cucarachas y otros insectos dentro de los botellones.

Pese a que años atrás se han registrado intoxicaciones masivas y muertes debido al consumo de licor artesanal, aun hay lugares en la capital donde se lo comercializa. Uno de ellos es Pomasqui.

Jaqueline Castro, presidenta del Gobierno Autónomo Descentralizado, asegura que pese a varias denuncias que la junta parroquial ha realizado para que los locales donde venden puntas cierren, no se lo ha conseguido.

Hay al menos dos locales donde se vente la conocida bebida, en en la calle García Moreno, y 24 de Mayo, centro de la parroquia.

Para Manuel Almeida, líder de la zona, la venta de ese licor genera un problema social fuerte en la zona. Los mendigos y alcohólicos saben que por USD 0,50 pueden conseguir una botella de trago, por lo que se embriagan en los alrededores, y se quedan dormidos en espacios públicos.

Almeida asegura que incluso estudiantes de varios planteles de la parroquia compran allí ese producto. Pide a las autoridades de control deben tomar correctivos.

Castro asegura que la Junta Parroquial no tiene competencia para clausurar esos negocios, quien debe hacerlo, dice, es la Intendencia.

Hasta hace algunos años, Calderón también tenía ese problema. Isabel Bejarano, presidenta del Gobierno Autónomo Descentralizado, cuenta que habían identificado varios locales destinados a la venta, pero luego de la última intoxicación y de la muerte de varias personas, los locales cerraron y al momento, solo uno permanece activo. Está ubicado en la Giovanni Calles, a la entrada de Carapungo. Bejarano cuenta que es difícil controlarlos porque aparecen y desaparecen según su conveniencia . Lo importante, dice, es crear conciencia en la gente, para que dejen de comprar.

En Calacalí, Pifo, La Roldós, Pisulí, Solanda, El Comité del Pueblo, también hay tiendas y cantinas donde venden esta bebida. Al igual que en sectores del Centro como la Imbabura, La Colmena, El Guabo y la 24 de Mayo.