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22 de septiembre de 2021 15:59

Vecinos definieron 459 obras

Representantes de los barrios en una de las asambleas de presupuesto participativo, en Los Chillos. Foto: Cortesía

Representantes de los barrios en una de las asambleas de presupuesto participativo, en Los Chillos. Foto: Cortesía

Ana Guerrero

Los vecinos se lanzaron al ruedo en 65 asambleas parroquiales para definir las obras y proyectos que se realizarán en el 2022, a través de los dineros municipales que se gestionan en los llamados presupuestos participativos.

Luego de una larga tanda de reuniones, los vecinos definieron que para el 2022 se dé prioridad a la construcción de 459 obras de vialidad e infraestructura y a 28 proyectos sociales.

Las asambleas se desarrollaron del 6 al 15 de septiembre. La norma indica que deben tener lugar en cada una de las parroquias del Distrito, en las 33 rurales y en las 32 urbanas.

En ellas participaron alrededor de 5 000 vecinos, básicamente, dirigentes de los barrios.

En estos encuentros, habitualmente se decide el destino del 60% del presupuesto de inversión de las administraciones zonales. Sin embargo, desde la Secretaría General de Coordinación Territorial y Participación Ciudadana detallaron que en esta ocasión, por orden del Alcalde, se pasó del 60% a 70%.

En ese sentido, en las reuniones se definió el destino de USD 22 267 847 para el 2022, unos USD 6 millones más que este año.

En el proceso se tomó en cuenta el número de habitantes, población con necesidades básicas insatisfechas, densidad demográfica, infraestructura y atención prioritaria.

En la práctica, en las asambleas pueden participar cuatro representantes de cada asamblea barrial, designados previamente. Ellos tienen voz y voto. El derecho a la palabra lo tiene cualquier vecino.

Quien preside la asamblea es la o el administrador zonal y hay un secretario que toma lista. Ahí se explican los lineamientos y la matriz de prefactibilidad de los pedidos que los ciudadanos hacen desde abril.

Esa matriz es un detalle de las obras o proyectos que fueron considerados técnicamente viables.

Luego se pasa a una deliberación pública. Los voceros de las delegaciones pueden intervenir. En algunas asambleas el presupuesto alcanza para todo y en otras toca hacer consensos y aplicar principios de solidaridad, por ejemplo, cuando un barrio no ha accedido a presupuestos en años pasados.

Y se conforma un comité de seguimiento, para que haya representantes de la comunidad que estén ojo al Cristo con los avances de las obras seleccionadas.

En lo que se refiere a proyectos sociales, la comunidad se va por capacitaciones, ferias, actividades para fomentar el emprendimiento, desarrollo cultural, etc. Pero, desde la Secretaría aclaran que no es que los vecinos dejan de pedir obras, sino generalmente solicitan en combo.

Entre los pedidos de obras priman: adoquinado, bordillos, casas comunales, parques, rehabilitación de espacios públicos y cerramientos. Desde 2019, las obras decididas por esta vía han llegado a más de 1,5 millones de quiteños.