Rafael Correa pidió destruir los archivos, dice Pamela Martínez
Al inicio de la diligencia, Pamela Martínez, exasesora de Rafael Correa, lloró y pidió disculpas por su accionar a su familia y a la familia de Laura Terán, su exasistente.
Ella rindió su testimonio anticipado ayer, 3 de septiembre del 2019, en la Corte Nacional de Justicia. En él confirmó que recibió dinero de directivos de Odebrecht y otras contratistas del Estado. Y que los entregó a “delegados” de altos funcionarios de Gobierno de Rafael Correa y figuras de Alianza País (AP).
La también exjueza constitucional dijo que entregó USD 200 000 a Alexis Mera, exsecretario Jurídico de la Presidencia, a través de una persona de confianza.
Otros USD 300 000 dijo que dio a Viviana Bonilla, asambleísta y excandidata a la Alcaldía de Guayaquil, a través de Gustavo Bucaram y Christian Viteri; e hizo llegar USD 300 000 a María de Los Ángeles Duarte por medio de Yamil Massuh.
En presencia de la Fiscalía, la Procuraduría y los abogados de los 26 procesados en el caso Sobornos, Martínez señaló que ella estuvo a cargo de digitalizar los aportes hechos para la campaña de 2014 de AP.
También dijo que la entonces secretaria del presidente Correa la llamó por teléfono y le pidió que deposite USD 6 000 en la cuenta personal del Mandatario. Le dijo que era “para cubrir un valor urgente”. Martínez agregó que los fondos salieron de los aportes para AP, nutridos por contratistas.
Otros detalles que confirmó la exasesora de Correa es que “por pedido de superiores” recibió la orden de destruir la información sobre la entrega de dinero de empresas contratistas del Estado. Estos archivos los almacenaba en la computadora de Terán. Dijo que en el 2018 destruyó un pendrive, en donde estaban todos sus archivos, al introducirlo en un vaso de agua. Según ella, lo hizo luego de haber hablado con Correa, quien preguntó si había eliminado los datos.
Esta llamada, dijo, se dio luego de la consulta popular del presidente Lenín Moreno, que permitió al Cpccs transitorio cesar a autoridades de control. Aseguró que ella borró la información pero que quedaron dos copias. Una, entregada a un exsecretario ejecutivo de AP y otra la hizo un colaborador de ella que, dijo, intentó chantajearla.
