Recordaron un mes sin Cristian
Tiene 35 años y la última pista de él son las imágenes de una cámara de videovigilancia que lo grabó esperando un bus en el cruce entre la Simón Bolívar y la autopista General Rumiñahui, a las 17:30 del 18 de julio pasado.
Cristian Benalcázar Calero tiene dos hijas, de 13 y 8 años, vivía con su madre, su padrastro y su hermana. Es parecido a su padre, quien falleció hace años y María Belén se pregunta por qué tras ese dolor, hoy debe llorar la ausencia de su ñaño.
Ayer, domingo 18 de agosto del 2019, se reunió con familiares y amigos en la Plaza Grande, Centro Histórico de Quito. Llevaron velas, camisetas y pancartas con fotos de Cristian sonriendo. No fue una protesta, sino un llamado de solidaridad para llegar a las personas que lo hayan visto en esos segundos en los que la cámara giró y al volver a la parada de buses, ya no encontró a Cristian.
Entre las últimas personas que lo vieron estaba la encargada de cobrar pasajes de la buseta que tomó desde su trabajo, en Carcelén, para volver a casa. Ella les dijo que al bajarse, Cristian se veía mareado. Por eso la familia presume que le dieron escopolamina.
A María Belén le preocupa la lenta respuesta de las autoridades. Afirma que recién le dijeron que era posible que en alguno de los buses que pudo haber tomado haya más videos. Él debía tomar uno hacia El Colibrí, pero puede ser que por error haya subido a otro hacia Píntag o Amaguaña.
“Sabemos que va a llegar y por eso tenemos siempre su puesto en la mesa. No podemos comer bien porque no sabemos si él está comiendo o no, cómo lo tienen, dónde lo tienen y a veces nos preguntamos si aún está vivo”, dice Belén.
Los acompañó gente de Asfadec como Telmo Pacheco, quien busca a su hijo,desaparecido en el 2011. Él entiende lo que siente ahora la familia de Cristian y por eso los apoya. Con la imagen de su Telmo Orlando en el pecho, gritó por Cristian: “únete, únete, que tu hijo puede ser”.
