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16 de agosto de 2021 20:30

Casa para gatos bien aruñados

La gente puede ir al refugio y compartir con los gatos rescatados. Foto: Cortesía Refugio Felino Mininos Felices

La gente puede ir al refugio y compartir con los gatos rescatados. Foto: Cortesía Refugio Felino Mininos Felices

Betty Beltrán

Ocho años atrás comenzó a recoger gatitos abandonados y hechos un Cristo. Ella misma se encargó de darles un hogar temporal y luego gestionó la adopción. Al poco tiempo, 40 mininos en condición de calle formaban ya parte de su vida.

Cuando se dio cuenta de semejante número de animalitos que tenía a su cuidado, ya fue tarde para echarse para atrás. Lorena Romero ya se había apasionado -incluso su esposo y su hija- por esos seres que, ella considera, “son los más olvidados y despreciados por algunas personas”.

En ese entonces vivía en San Carlos (norte de Quito) y tenía a su cargo ocho gatos, pero poco a poco aparecieron más. Para ayudarlos como se debe, siguió un curso de veterinaria.

Lorena Romero, con los gatos en Tumbaco. Foto: Cortesía Refugio Felino Mininos Felices

Lorena Romero, con los gatos en Tumbaco. Foto: Cortesía Refugio Felino Mininos Felices

Hasta allí no tenían mayores angustias para alimentar a tanto gato, pues su esposo trabajaba en un concesionario de autos y ella, en una agrupación musical y juntos proveían de lo necesario a los animalitos. Sin embargo, los gatitos seguían asomando y encima estaban en condiciones muy lamentables.

La Fundación Camino a Casa, reconoce Romero, le ayudó en un inicio con los casos de gatos supergolpeados. Luego, ideó formar su Refugio Felino Mininos Felices que funciona en Tumbaco (calle De los Pinos). Tiene 266 gatos.

Como la comida no les cae del cielo, han organizado eventos solidarios. El sábado tuvo lugar uno llamado: Un maullido de amor. La idea es sacar fondos para solventar los gastos de alimentación y limpieza, especialmente.

Los gatos del refugio consumen 2 000 kilos de comida mensual y 900 kilos de arena, lo que equivale a USD 5 000 mensuales.

La venta de productos con temática gatuna ayuda a financiar el proyecto. Foto: Cortesía Refugio Felino Mininos Felices

La venta de productos con temática gatuna ayuda a financiar el proyecto. Foto: Cortesía Refugio Felino Mininos Felices

Sin contar con el dinero que se invierte en veterinaria. Este momento, dice Romero, ya tiene una deuda de USD 16 000 entre las dos clínicas que le ayudan en los casos lamentables que le llegan.

Siempre se puede colaborar. Puede contactarse con el refugio en @elrefugatitos (Faceobook) y a través de @refumininosfeli (Twitter). El número de teléfono es el 098 329 4540.

Los casos que reciben son terribles. El más reciente ocurrió hace un par de meses, cuando en el redondel de El Calzado (sur) se encontró a un gato con clavos en sus ojos; le bautizaron con el nombre de Ángel.

Antes de establecerse en Tumbaco, el refugio estuvo -después de San Carlos- en el sur, Cotocollao, Mitad del Mundo, nuevamente en el sur y en Los Chillos.

Desde enero, ya en Tumbaco, se han hecho mejoras y hay varias áreas: cuarentena, ferales, maternidades, veterinaria… Se suma un espacio para los emprendimientos de productos con temática de gatitos, heladería, hamburguesas…

Esta cadena de servicios funciona, incluido el ingreso para compartir con los animalitos, los fines de semana, de 11:00 a 17:00. Todo con tal de dar de comer y cuidar a sus “niños”.