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4 de febrero de 2021 13:57

El regreso del ‘depredador’ da miedo

El paramilitar Hernán Giraldo fue extraditado a Estados Unidos en el 2008.

El paramilitar Hernán Giraldo fue extraditado a Estados Unidos en el 2008.

Santa Marta.  EFE (I)

Durante tres décadas la Sierra Nevada de Santa Marta, en el norte de Colombia, fue feudo del temible jefe paramilitar y narcotraficante Hernán Giraldo, quien impuso su ley a punta de asesinatos, secuestros, torturas y extorsiones, y violó a más de 200 niñas.

Tras su deportación el pasado 25 de enero desde Estados Unidos en donde pagó 12 años de cárcel por narcotráfico, se prendieron las alarmas en Santa Marta, la turística ciudad en donde Giraldo sigue siendo ‘El Señor de la Sierra’, ‘El Patrón’ o ‘Taladro’, como se le llama, por su reputación de abusar sexualmente de niñas de esa zona.

Aunque solo ha reconocido 35 crímenes, son más de 200 los casos documentados de violaciones a menores de 15 años, cuando lideraba el frente Resistencia Tayrona de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

Durante su “reinado presencial” en la Sierra Nevada su ejército privado controló los envíos de cocaína desde el departamento de Magdalena a Estados Unidos y Centroamérica, como determinó la Fiscalía, hasta que, en mayo de 2008 fue extraditado a EEUU.

Giraldo podría quedar ahora en libertad en virtud de que ya cumplió con la pena alternativa contemplada en el acuerdo de paz que firmaron en 2006 el Gobierno del entonces presidente Álvaro Uribe (2002-2010) y las AUC, por el que se acogió, junto a sus 1 160 hombres, a la desmovilización hace hoy 15 años.

A pesar de que estuvo por más de una década tras las rejas a más de 3 000 kilómetros en un centro penitenciario de Virginia (EE.UU.), la estrategia de violaciones de Giraldo, que él justificaba como mecanismo para “perpetuar su linaje”, le permitió desde la distancia continuar siendo el amo y señor de la Sierra Nevada de Santa Marta a través de sus familiares.

Para Giraldo, quien llegó a la Sierra Nevada de Santa Marta con 20 años para ganarse la vida como recolector de café, todavía no han concluido los procesos que tiene pendientes en el marco de la Ley de Justicia y Paz con la cual los paramilitares se sometieron, al menos en teoría, al Estado colombiano.

La activista y defensora de derechos humanos, Norma Vera, documentó extensamente 201 casos de violencia sexual contra niñas por el que es considerado el “monstruo de la Sierra”.