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20 de agosto de 2020 13:28

Comuniones serán en octubre

En Santa Rita, el catecismo se imparte en las canchas deportivas del barrio, con distanciamiento físico y mascarillas. Foto: cortesía de la Parroquia de Santa Rita

En Santa Rita, el catecismo se imparte en las canchas deportivas del barrio, con distanciamiento físico y mascarillas. Foto: cortesía de la Parroquia de Santa Rita

Betty Beltrán. (I)

Se acercan las primeras comuniones y confirmaciones en Quito. Según las agendas de las 200 parroquias de la Arquidiócesis serán para octubre, siempre y cuando la situación de la pandemia no empeore.

El último tramo de la preparación fue virtual y en algunos sectores culminó la primera semana de julio; el siguiente proceso comenzará en octubre y también será ‘online’, incluso si Pichincha llegara a cambiar a semáforo verde.

Y las inscripciones para el siguiente proceso ya están abiertas en todas las parroquias, pero con una baja notable. Por ejemplo, en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, de la zona Plywood (sur) solía tener unos 100 estudiantes inscritos en la primera semana de agosto, hoy no llegan a más de 10, dice el padre Sebastián Toapanta.

Es más, en el grupo que está por recibir los sacramentos el número fue bajando: si al inicio hubo 600 chicos hoy son menos de 300. Eso responde, agrega el padre, a la falta de acceso a la Internet o no tienen celular ni computadora.

Pero también disminuyeron porque muchos vecinos de los barrios más apartados de la parroquia eran de provincias y han optado por regresar a sus tierras, pues en Quito perdieron su trabajo, apunta.

El padre Guido Bass, de la parroquia Santa Rita (sur), menciona un elemento adicional para entender esa baja: la gente, en estas circunstancias, está empeñada en buscar alimento, trabajo y hasta cupo para la escuela. La catequesis no está en sus planes.

La preparación para hacer la Primera Comunión o Confirmación es larga, “como si fuera el colegio”, se han quejado los padres de familia, confiesan los religiosos. Pero tienen ese periodo porque solo asisten a clases una vez a la semana y solo por dos horas.

Para hacer la Primera Comunión, los niños de 8 años deben pasar por un estudio de dos años lectivos (cada uno de nueve meses) y para la confirmación, otros dos. Eso significa que los pequeños harán la primera comunión a los 10 años
y la confirmación a los 13 años, en promedio.

Hasta segunda orden, la preparación seguirá siendo virtual. Y para que las clases sean alhajas se ayudan de PDF y cada parroquia lo adapta a su realidad, unas seguirán a través de Zoom y otras por videos grabados.

Y para los que no puedan conectarse hay otra salida. Según el padre Toapanta, se está trabajando en un proceso piloto para ir a visitar a los guaguas de las zonas más complicadas del sector: Caupicho, La Ecuatoriana, Guamaní… La idea es enseñarles unos 30 minutos el contenido de las guías de la catequesis.

En cambio, en la parroquia de Santa Rita tienen otras estrategias; por ejemplo, que los guaguas que no tengan conexión a Internet asistan a la catequesis presencial y al aire libre que tienen lugar los domingos.

Otra opción: la visita a la casa de los niños, siempre y cuando sean casos muy puntuales. A través del catecismo expedido por la Conferencia Episcopal Ecuatoriana se hace un control cada 15 días.

Volviendo a las ceremonias que se avecinan, ¿cómo mismo serán? Lo primero que hay que saber es que los templos solo podrán albergar a la gente hasta en un 30% de su aforo, de allí que las comuniones se realizarán por tandas y a lo largo de varios días (viernes, sábado y domingo), en dos fines de semana.

Por ejemplo, en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe se conformaron ocho grupos de Primera Comunión y siete de Confirmación. Su capilla tiene capacidad para 600 personas sentadas y con las que están de pie suman en total 800, pero ahora no dejarán que estén más de 60 personas al mismo tiempo, dice el padre Toapanta.

En Santa Rita las ceremonias serán en la cancha que está junto a la iglesia, al aire libre y en diferentes horarios. Y serán bien sobrias, nada de los ‘ananais’ que se estila en las primeras comuniones; pero eso sí, con toda la liturgia del caso.

Si hay algún padre de familia que desee que su guagua lleve vestido blanco como de novia no hay lío, pues la consigna que tienen los curitas es que les dejen en libertad de escoger.