placeholder
Las Últimas
21 de diciembre de 2016 13:12

Santo Tomás, un barrio ‘a punte’ minga

Las canchas de Santo Tomás son el punto de encuentro de los vecinos. Es uno de los sitios emblemáticos del sector. También tienen lavanderías con un ojo de agua. Foto: Galo Paguay / ÚN

Las canchas de Santo Tomás son el punto de encuentro de los vecinos. Es uno de los sitios emblemáticos del sector. También tienen lavanderías con un ojo de agua. Foto: Galo Paguay / ÚN

Redacción Últimas Noticias

Santo Tomás se levantó a punta de mingas. Los fundadores y los que fueron llegando de a poco recuerdan los chaquiñanes por donde caminaban para llegar a sus hogares. Los servicios básicos eran un anhelo que se cumplió con harto trabajo. Esa realidad cambió, pero se mantienen intactos la organización y el trabajo.

“Ver para creer”. Esta frase, atribuida al patrono del barrio, es el lema para los vecinos. Como dice su dirigente y un emprendedor, César Tituaña, en el barrio se hace, se trabaja, para poder ver los resultados. “De una forma organizada llegaremos a nuestro objetivo: vivir mejor”. Como parte de esta organización tienen alarmas comunitarias y hacen rondas.

El barrio, en el extremo sur de Quito, empezó a formarse a inicios de los 90, cuando se lotizaron 860 predios. Hay tradiciones vivas, como la concentración de la vecindad en las 14 piedras de lavar. El líquido vital llega de un ojo de agua. Por USD 1, puede lavar la ropa de largo.

Aunque en el barrio tienen muchos rincones representativos, la cancha es el sitio emblemático. Cada fin de semana, la vecindad se reúne para hacer deporte, compartir y, de paso, servirse uno de los platos tradicionales que se ofrecen en los alrededores. Hay partidos masculinos y femeninos. En la cancha, como en las mingas, le ponen todo.

El barrio ya estaba bautizado
Historia. A diferencia de otros puntos de la capital, en el barrio Santo Tomás, lo moradores llegaron al barrio cuando ya estaba bautizado. Ese fue el nombre que le pusieron las personas que empezaron la lotización, recuerdan algunos de los primeros habitantes. Pero, aunque no tuvieron chance de bautizar al lugar donde viven, los vecinos sí le han sacado provecho a la nominación. De entrada, tienen al santo como patrono del barrio y es el vigía de la iglesia construida en el sector hace alrededor de seis años, como todo en el lugar, con mingas. Están contentos con el nombre, dicen, pues sienten que tienen un guardián. Este barrio se encuentra limitado al norte por otro santo, San José de Guamaní; al sur, por la urbanización Sevilla; al occidente, por la avenida Maldonado; y finalmente, al oriente, por el barrio La Venecia.

El personaje

Elvira Rosero es una de las fundadoras del barrio del sur de Quito. Foto: Galo Paguay

Elvira Rosero es una de las fundadoras del barrio del sur de Quito. Foto: Galo Paguay

Guerrera de las mingas y las gestiones en el barrio
Mucha Lucha


Como dirían por ahí, Elvira Rosero es una mujer bien parada. A sus 56 años sigue firme en la gestión para conseguir obras para el barrio Santo Tomás. No hay vecino que no la conozca.

“Cuando llegamos no caminábamos, patinábamos por los chaquiñanes llenos de lodo”, recuerda. La apertura de las vías y hasta los servicios básicos se lograron con la colaboración de la gente del sector.

Elvira ha sido una de las guerreras de las primeras filas. Hace cerca de 20 años llegó al lugar, cuando, con suerte, había tres casas por tramo de la lotización.
En ese entonces, la mujer trabajaba para los padres mercedarios. Para llegar a su trabajo y retornar a su hogar tenía que viajar en los buses que iban a Machachi o en las unidades interprovinciales.

Esa era la realidad común para todos quienes se animaron a vivir en el extremo sur de Quito, entre ellos militares y policías.

Elvira también estuvo firme, junto con otros dirigentes, hasta que los propietarios de los predios consiguieron las escrituras individuales. Aún no se concreta por completo la legalización del barrio, cuenta, pero en ese camino continúan.
La mujer lleva colgado de su cuello uno de los botones para activar las alarmas comunitarias con las que cuentan en el sector. De hecho, así fue como ella y el presidente del barrio, César Tituaña, convocaron a los vecinos para recibir al equipo de Últimas Noticias.

Actualmente, Elvira persigue otra obra: el arreglo de la quebrada que se encuentra en la zona. Según ella, la hondonada es un riesgo. Esta es una de las gestiones que nuevamente le tienen firme en la lucha, como en los 90.

La hueca

La guatita es uno de los platillos estrella en el barrio del sur de Quito. Foto: Galo Paguay / ÚN

La guatita es uno de los platillos estrella en el barrio del sur de Quito. Foto: Galo Paguay / ÚN

Helados y guatita para  saborear en Santo Tomás

En Santo Tomás hay sabor. Hay dos huecas infaltables: la de sal y la de dulce. Primerito puede pasar por el local de Marianela Zerna, en la calle D. La vecina lleva 14 años en el barrio y desde hace una década deleita con su sazón.
Marianela es oriunda del Guayas y trabajaba en un restaurante. Pero, decidió tener su propio negocio y ahora los clientes limpian las ollas. Empezó vendiendo guatita y encebollado.

En la actualidad, a la carta se han sumado platillos como la guatipollo y la guaticamarón, a tan solo USD 3,50.

La mujer, propietaria del Tiburón Salsero, trabaja con su esposo. El local se abre solo los fines de semana, desde las 07:00. Eso sí, la hora de cierre depende de qué tan rápido vuele la comida. Hay días en los que a las 11:00 ya no hay nada. Otros dura un poco más, hasta las 13:00.

Santo Tomás tiene otro rincón del sabor. Se trata de la fábrica Helatitos, donde trabajan seis personas. Si el postre no le sabe 100% a frutas se equivocó de dirección.

De Santo Tomás para el país. Desde el barrio se distribuyen las delicias de 11 sabores hasta colegios y tiendas de la ciudad. También, los pedidos llegan hasta Portoviejo, Guayaquil, entre otros sitios.

En el barrio también le hacen el gasto a los Heladitos. Las tiendas fijo tienen el producto en las refris. Los helados, además de ser para chuparse los dedos, es fuente de empleo para personas del barrio. Algunos le entran a la elaboración y otros, a la distribución.

La cancha del sector es uno de los puntos infaltables para la distribución de los helados.

La diablada de píllaro se recrea cada año en el sur
Las fiestas.
 Las fiestas de Santo Tomás se celebran al estilo de Píllaro. En el barrio viven muchas personas oriundas del poblado, así que la segunda semana de julio celebran la fundación del sector con un desfile. Este año participaron unas 100 personas y hubo premio para el mejor disfraz. Vaya viendo, la persona con el mejor traje se llevó USD 150.

Los contenedores de basura son un tema pendiente
Necesidades. En Santo Tomás, las calles están ordenaditas y adoquinadas. Las personas se preocupan por tener el barrio limpio. Sin embargo, les hace falta algo: contenedores de basura. Este sería un complemento para que el barrio esté todavía mejor organizado. Hay algunos ruditos que botan basura justo en la entrada al barrio.