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31 de enero de 2018 10:07

‘Servidores’ caminan por Quito

De izq. a der.: Wilson Chamba, Teresa Monge, Mario Aguagallo, Dalton Freire y Silvia Recalde. Foto: Ana Guerrero / ÚN

De izq. a der.: Wilson Chamba, Teresa Monge, Mario Aguagallo, Dalton Freire y Silvia Recalde. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Redacción Últimas Noticias
(I)

Una decisión: cambiar su vida, dejar atrás el consumo de alcohol y otras drogas. Esa fue la motivación para Mario Aguagallo, uno de los siete ‘servidores’ de Quito.

Desde hace 15 años forma parte del grupo que cada semana, en distintos puntos de la ciudad, se reúne e impulsa a familias a dialogar y buscar un camino distinto.

Mario es de Riobamba y creció en un ambiente sin cariño y con violencia. Su padre bebía. A los 23 años ya había intentado quitarse la vida en tres ocasiones. La última vez se lanzó de una casa de seis pisos. Salvo unos cuantos golpes, salió bien librado. Ahí se preguntó: ¿por qué no morí?

El hombre, ahora de 37 años, decidió viajar a Quito en busca de una transformación. Por un mes no tuvo dónde dormir, pasaba las noches en la calle y parques. Hasta que consiguió un trabajo, le dieron techo y conoció a una mujer que le llevó a un grupo de ayuda similar al que ahora encamina en La Roldós.

“Por una semana no hablé, hasta que empecé a escuchar las experiencias de otros”. Fue ahí cuando comenzó una nueva historia: dejó de consumir y se volvió el cariñoso de la familia.

Mario es uno de los denominados ‘servidores’ de la Organización Ecológica Familiar del Ecuador. Esta agrupación se dedica al acompañamiento de personas que sienten que necesitan un nuevo sendero. No le hablan de religión ni le dicen qué hacer, le invitan a dialogar, compartir sus vivencias con otros y, en definitiva, decidir cambiar para, a la par, generar una mejoría en su entorno.

En general, la persona que acude inicialmente no es quien “tiene el problema o consume”. Pero, si empieza a cambiar de actitud también comienza a ver mejoras en el resto, comenta Wilson Chamba, miembro de la organización.

El hombre de 46 años lo sabe de primera mano, pues la primera en acudir a uno de los grupos fue su esposa. La relación de pareja no iba bien. Cada fin de semana, él se dedicaba a beber luego de hacer deporte.

Para el hombre no pasaba nada, era solo una distracción. Pero, no era así
El objetivo de los grupos es la “auto-mutua-ayuda”, añade otra integrante, Silvia Recalde, la encargada de la difusión del servicio y quien también acudió por cuando tuvo problemas familiares. En definitiva, la gente pueda hablar de sí misma, de sus experiencias, problemas y hasta culpas. “Primero hablo de mí”.

En la organización, Dalton Freire es otro ‘servidor’. Él, en principio, pensaba que en su vida todo estaba bien y acudió a un grupo con su esposa para acompañar a unos familiares. Luego recordó una escena, la que le motivó a dejar de ser “un bebedor social”.

Resulta que una noche llegó a su hogar con unas copas encima. Le esperaban su esposa y su hija de 8 meses. Al ver el rostro de su pequeña decidió dejar de tomar. No obstante, había un capítulo anterior en su vida: su padre bebía y “era un golpeador”.

Cada ‘servidor’ tiene una historia, cada una de ellas está ahora encaminada a ayudar a los demás. Para trabajar cuentan con un punto de partida, una metodología traída desde Italia y que se aplica en el país desde 1998. Luego, todo es cuestión de respeto y ayuda.

Servicio

Mario, Dalton y Wilson formaron un grupo en distintos sectores de Quito: La Roldós, Comité del Pueblo y Carcelén, respectivamente. El primero se reúne los miércoles, en la Casa Somos, de 18:00 a 19:30; el segundo, los martes, en el Hospital San José Obrero, de 19:00 a 20:30; y el tercero, en la Casa Somos, miércoles, de 19:00 a 20:30.

También hay un grupo en Carcelén Alto, que se junta en la Casa Somos, los jueves, de 19:00 a 20:30.

En Tumbaco, en cambio, la concertación es en la casa comunal del barrio Rumihuayco, los martes, de 18:00 a 19:30 y en la iglesia de Chimbacalle, los martes, de 19:00 a 20:30.

Además, tienen un programa que se transmite a través de la radio en línea Tu consentida Mitad del Mundo y en la cuenta de Facebook de la organización. Les puede contactar y compartir sus problemas, no solo relacionados con el alcohol, sino con violencia y hasta celos. Como dicen los ‘servidores’, nadie le juzga.

Además de los encuentros 
en los diferentes grupos, ellos recorren colegios y hasta van a las ligas barriales para ayudar a quien lo necesite.