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4 de diciembre de 2019 09:43

Tesoros del Hermano Miguel en el sur de Quito

El Museo guarda objetos que usó el Santo. En el santuario están sus restos. Foto: Ana Guerrero / ÚN

El Museo guarda objetos que usó el Santo. En el santuario están sus restos. Fotos: Ana Guerrero / ÚN

Ana Guerrero
(I)

Textos de puño y letra del santo Hermano Miguel, la réplica de las hormas de los zapatos que usó, el Cristo con el que emprendió jornadas de catequesis, fotografías, medallas, el mausoleo en el que antaño reposaban los restos del religioso y mucho más puede conocer en un rincón del sur de Quito.

En la avenida Mariscal Sucre y Teniente Hugo Ortiz, a unos pasos del ingreso al santuario dedicado al Hermano, están los tesoros que cuentan parte de la vida del religioso, quien nació el 7 de noviembre de 1854.

Los puede conocer gratis, de lunes a domingo, de 08:30 a 12:00 y de 14:30 a 18:00. En este feriado, por la fundación de Quito, sí estará abierto, irá nomás.

En el sitio, le contarán detalles como que el religioso nació con una deformación de sus pies y que, en principio, todos pensaban que no podría caminar. Sin embargo, con mucha fe, logró superar ese defecto. Fue un reconocido educador, escritor, patrono de los catequistas, etc.

En el santuario están los restos y otros objetos del Hermano Miguel.

En el santuario están los restos y otros objetos del Hermano Miguel.

El hermano Eduardo Muñoz Borrero, de la comunidad lasallista, encargado del santuario y el museo, conoce con santo y seña la vida del Hermano Miguel, de quien fue “sobrino nieto en segundo grado”. Su abuelo, Alberto Muñoz, fue primo del Santo y nació en la misma casa, en Cuenca.

El Hermano Eduardo, de 83 años, es autor de varios libros sobre la vida y obra de su pariente. Entre ellos se cuenta ‘Con los pies torcidos por el camino recto’.

Y como está filito en la historia del Santo, muestra una foto en la que aparece el personaje religioso, cuyo nombre original fue Francisco Febres Cordero, con académicos de la Lengua, como también lo fue él. Pero, primerito, el Santo ecuatoriano ingresó al seminario, en Cuenca.

También tuvo una trayectoria en Europa. De hecho, falleció en esas lejuras, en 1910. De ahí, en 1977 fue beatificado y en 1984, fue elevado a los altares.

Si quiere conocer más a detalle la vida del Santo, puede darse una vuelta por el museo. Puede llevarse a casa recuerdos. Hasta puede ver de cerca los restos del personaje, que están en el altar mayor del santuario, que abre de 07:00 a 12:00 y de 14:30 a 18:00.