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20 de septiembre de 2019 11:35

Testimonio de conductor golpeado: ‘Yo solo di un mensaje general en el bus y el vendedor me agredió’

Imagen referencial. El conductor del trole que fue agredido asegura que por los parlantes dio un mensaje para evitar las ventas y la mendicidad dentro de las unidades. Foto: archivo / ÚN

Imagen referencial. El conductor del trole que fue agredido asegura que por los parlantes dio un mensaje para evitar las ventas y la mendicidad dentro de las unidades. Foto: archivo / ÚN

Redacción Últimas Noticias
(I)

“No es que no le dejé vender sus productos dentro de la unidad al comerciante que me agredió. Solo difundí un mensaje que siempre difundo por los parlantes del biarticulado que manejo”. Eso cuenta Luis T., conductor que lleva 20 años trabajando en el trole.

Quiere dejar claro que la agresión que sufrió no fue consecuencia de que se enfrentara directamente con el comerciante para impedirle, específicamente a él, que vendiera dentro del bus.

De esa manera contradice lo que el Municipio de Quito informó oficialmente y que medios de comunicación, incluido este, recogieron. Un boletín municipal, del martes 17 de septiembre del 2019, indica que “el altercado se produjo en horas de la mañana (del viernes 13 de septiembre) cuando el imputado intentaba comercializar sus productos dentro de la unidad y el conductor le solicitó que abandonara la misma ya que las ventas ambulantes están prohibidas en cualquier espacio del Sistema Integrado de Transporte”.

Este diario también tomó en cuenta lo que consta en el Acta Resumen de la audiencia de juzgamiento del caso, en el que consta el alegato del abogado del conductor que, en función de las afirmaciones del agresor, identificado como Yeison L., dice, textualmente: “Mi defendido fue agredido de manera cobarde inhumano con puño en el ojo que le ha causado una incapacidad de 3 días, el señor (Yeison L.) no ha desmentido que han intercambiado altercados o palabras, por no haber permitido vender productos dentro de las unidades”.

Si no fueron así las cosas, entonces, ¿cómo ocurrió todo? ¿Cuál fue aquel mensaje general que, al parecer, enojó al vendedor al punto de agredir al chofer?

Según Luis, él suele decir por los parlantes un comunicado que le quedó grabado en la mente de una campaña antigua llamada Da Dignidad para evitar las ventas y la mendicidad dentro de las unidades. Él visitó Últimas Noticias y, de memoria y de corrido, recitó el mensaje. Es el siguiente: “La Empresa Pública de Pasajeros de Quito impulsa una campaña para erradicar de nuestras unidades las ventas ambulantes y la mendicidad. Para lo cual solicita a los señores usuarios, de una manera muy especial, por favor, por su seguridad, no entreguen dinero y no reciban ni compren ningún tipo de objetos, discos ni productos comestibles dentro de las unidades. Mil gracias su gentil colaboración”.

Luis asegura que es un mensaje que acostumbra a dar al inicio, a la mitad del trayecto y al llegar. También son recurrentes mensajes como el de cuidar las pertenencias cuando la unidad se llena o el de tener cuidado en los andenes porque el bus que maneja no tiene rampa. Él conduce un biarticulado.

Aquel viernes 13 de septiembre, a eso de las 07:45, el mensaje detallado arriba lo dio cuando la unidad se movía por la avenida Maldondado y Alamor, entre la parada Villa Flora y la estación El Recreo. Iba de norte a sur. Dice que no acabó ni de dar bien el mensaje cuando una persona, a quien no vio siquiera, se acercó hasta su puesto y le mandó el manotazo. Una uña entró en su ojo, lo que le hizo perder el control del vehículo. El bus llegó a pasarse al carril contrario. Por suerte, no venía otro en ese momento.

Detuvo la unidad. “Mi primera reacción fue pararme del asiento. Quien me agredió se fue caminando hacia atrás mientras me insultaba. No me enojaba tanto el golpe como el que me haya hecho perder el control del bus. Podía pasar algo más grave. Pero vi a la gente y vi mi uniforme… Así que solo le dije ‘ya te hago coger’, no le dije nada más y mejor me senté y puse otra vez en marcha el bus”. Antes de entrar a la Estación de El Recreo, dice Luis, hizo subir a un agente metropolitano de los que suelen estar en ese ingreso, para que ayudara a detener al agresor y llamara a la Policía Nacional.

El bus, relata el conductor, lo llevó directamente hasta la parada Moraspungo, que está en la salida sur, dentro de la estación de El Recreo. Ahí se quedaron hasta que vino la Policía. Los pasajeros continuaron el recorrido en otra unidad.

Luego siguieron los trámites de ley: se levantó un parte policial en una UPC, por el sector del Teatro México. Ahí supo que el agresor se llamaba Yeison. O fue lo que dijo, porque no tenía documentos., y de ahí fueron a la Unidad Judicial de Quitumbe para la audiencia ante un juez.

Antes, la defensora pública que representó al agresor intentó, a nombre de su cliente, una conciliación, con una indemnización de USD 50 y disculpas públicas. Luis no aceptó y la audiencia tuvo lugar. Confiesa que pensó que no iba a haber resultados positivos para él pues no habían llevado testigos ni los videos de seguridad del bus. Además, Yeison L. se mantenía en que no lo había agredido.

Cuenta que fueron unas preguntas que el juez hizo al detenido las que condujeron a que este dijera que sí hubo un altercado porque, según él, no le habían permitido vender en el bus. El juez le impuso, entonces, una sentencia de USD 98,50 y 15 días de prisión.

A Luis, el juez le dio una boleta de auxilio. Pero él teme que aquello no implique ninguna protección si los demás comerciantes creen que él se enfrentó directamente a un vendedor para impedirle comercializar sus productos. “No fue así”, insiste.