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20 de junio de 2022 18:00

Más tráfico en La Jipijapa

La construcción del centro comercial ya casi está lista y pronto se abrirá. Foto: cortesía

La construcción del centro comercial ya casi está lista y pronto se abrirá. Foto: cortesía

Karen Madrid

Los vecinos de la urbanización 6 de Diciembre, en la parroquia Jipijapa, norte de la capital, andan preocupados por una gran construcción que se está haciendo ahí.

Es un centro comercial, cuya edificación se inició hace un par de años pero al parecer está por terminar. Y ya hay incertidumbre.

Gustavo Carrasco es coordinador de la organización Acción Jipijapa y representante del barrio. Él recuerda algunas tradiciones que tenía la zona y que teme se pierdan por este tipo de proyectos.

Por ejemplo, hace algún tiempo atrás dice que se cerraban las calles para que los chicos jugaran o hicieran carreras en bici. Las familias también se organizaban para el concurso de 40 en fiestas de Quito y elegían a la mejor viuda en fin de año. Sin embargo, dice, estas actividades comunitarias poco a poco fueron desapareciendo con el paso de los años.

“Se pierde el contacto directo con la gente, la comunicación y el interés por lo que realmente importa que es habitar y ser ciudad para así generar seguridad”, comenta Carrasco.

La parroquia Jipijapa se compone de 11 barrios. Y más que zonas residenciales, se vuelve cada vez más comercial. Abundan los restaurantes de todo tipo de comida, tiendas, peluquerías, comercios minoristas, y hasta supermercados.

Justamente por eso, el barrio 6 de diciembre es un lugar bastante movido y congestionado por el tráfico. “Los centros comerciales siempre van a tener un impacto importante en un barrio y una ciudad. Absorben toda la actividad comercial”, señala Carrasco.

Los vecinos del sector 6 de Diciembre crearon su Asamblea Barrial. Foto: cortesía

Los vecinos del sector 6 de Diciembre crearon su Asamblea Barrial para expresar sus inquietudes a las autoridades. Foto: cortesía


Con esta idea está de acuerdo el urbanista Fernando Carrión, quien menciona que, la tienda de la esquina tiende a desaparecer porque tiene una oferta muy pequeña en comparación con la del centro comercial.

Una megaobra como la que se levanta en este sector, dice, “modifica el entorno en donde está ubicada. También trae problemas de accesibilidad, movilidad y tráfico en determinadas horas”.

Si ya de por sí esa zona tiene harta congestión, no se diga con la presencia de un nuevo centro comercial. A eso se suman los problemas de contaminación ambiental y acústica por el aumento de carros.

La única vía de acceso y salida vehicular del centro comercial sería la calle Isla Pinzón, por lo que a los vecinos les preocupa que no haya una adecuada planificación de movilidad.

De hecho, a pocas cuadras de la zona ya existe un supermercado grande y un centro comercial en la avenida Granados.

Con decirle que los moradores no estaban enterados en un principio de la construcción que se iba a hacer en el sector. Ellos cuentan que casi no han tenido comunicación con los encargados de la obra. Y consideran que estos proyectos deberían ser socializados con la comunidad para llegar a acuerdos que beneficien a ambas partes y no generen malestar.

Según la urbanista María José Chaves, el Municipio no tiene una normativa específica para que se socialicen estos proyectos con los vecinos, pero se considera un requisito de los documentos que se debe presentar a la Administración Zonal encargada.

Lo que se maneja es un Plan de Uso y Gestión del Suelo (PUGS) que establece el tipo de obras que se pueden hacer en determinado espacio, su tamaño, densidad, entre otros aspectos relacionados.