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16 de octubre de 2018 09:10

Tributo escolar a los perros

Los estudiantes también fueron disfrazados con trajes de perritos y hasta hicieron coreografías alusivas a las mascotas. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Los estudiantes también fueron disfrazados con trajes de perritos y hasta hicieron coreografías alusivas a las mascotas. Foto: Ana Guerrero / ÚN

Ana Guerrero
(I)

En la Unidad Educativa Paúl Dirac, los estudiantes dedicaron una semana a los peludos de la casa: talleres, trabajos en grupo, dinámicas... La jornada se cerró con la ceremonia Kukur Tihar. Los guambras tuvieron el chance de llevar a sus canes a la institución.

La iniciativa que implementaron en la unidad educativa del sur de Quito llegó desde Nepal. Así mismito, desde las lejuras aterrizó la idea en el plantel, que cuenta con 1 300 estudiantes y que antaño funcionaba en Carapungo.

El profe de Lengua y Literatura y uno de los coordinadores del proyecto, Arnaldo Canchi, contó que se trató de un ejercicio para visibilizar la importancia de los peludos en el hogar y la sociedad. Honrar al perro fue el eje central de la ceremonia.

La idea surgió del personal administrativo, y se lo trabajó con los docentes de la unidad educativa. Son 80 profes de diferentes áreas.

En Nepal es justo lo que se hace, dedicar un festival para honrar a los canes. En otro países, como la India, en cambio, adoran a las vacas. En la institución, antes de arrancar con la propuesta, hicieron un censo: ¿quién tiene un perro en casa? El resultado fue que más de la mitad de los estudiantes tenía entre los miembros de su familia a, por lo menos, un perro.

Al Kukur Tihar, que tuvo lugar el viernes, los alumnos podían llevar a su can, con un atuendo de alguna de las culturas del Ecuador. No faltaron los perros superhéroes, con capa y todo.

Uno de los animalitos con poderes fue Súper Carlitos, un cachorro que tranquilamente cabía en las manos de su dueña, Camila Espinosa, de décimo año.
La joven y su familia aman los animales y al peque lo encontraron abandonado en un parque del Beaterio, sector en el que viven. Y tienen dos canes más, igualmente, adoptados.

Y no se quedó atrás Paula Pazmiño, también de décimo año, quien llegó al plantel de la avenida Maldonado y La Cocha con un perrote, que llegó a su familia hace cinco meses.

Ambas estudiantes coincidieron en la importancia del cuidado y las diferentes responsabilidades que hay que cumplir con los canes. “Son amables y los mejores amigos”.

Los chicos que se animaron a llevar a la escuela a sus amigos de cuatro patas debían ir preparados con la respectiva funda en caso de alguna gracia de los animales. Algunos llevaron hasta agüita. Los perros bien portados estuvieron, no hubo ningún belicoso.

En la ceremonia, los estudiantes se tomaron a pecho el amor a los peludos que hasta se disfrazaron y saltaron al ritmo del ‘Baile del perrito’. Toditos participaron y en la ceremonia presentaron los ‘collage’ que realizaron durante la semana. Las paredes de la escuela se llenaron de las creaciones de los guambras.

Del mismo modo, los padres se unieron a la celebración. Jacqueline Caizaluisa, cuyos hijos asisten al plantel educativo, acudió a la ceremonia. Ellos viven en la Arcadia y llegaron con uno de sus dos canes, ambos adoptados. La perrita que llegó al hogar fue adoptada en un albergue y el otro se lo regalaron.

El Kukur Tihar fue apenas una de las tantas iniciativas que el plantel promueve con una visión con componentes claros: que los estudiantes abran sus mentes, sean reflexivos, buenos comunicadores, audaces para presentar proyectos. Aparte, claro, de ser respetuosos de la naturaleza.