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16 de febrero de 2018 09:20

El vagón jaula se llena de arte

Los estudiantes del sector fueron a curiosear. Foto: ÚN

Los estudiantes del sector fueron a curiosear. Foto: ÚN

Betty Beltrán
(I)

Gringo por todos los lados que se le quiera ver. Se trata de uno de los boletos de tren más antiguos del servicio ferroviario ecuatoriano, y está dentro de una vitrina que ocupa el centro del denominado Vagón de Arte.

Hace poquito nomás era un coche más de un convoy de la Estación de Tren de Chimbacalle, y que gracias a la iniciativa barrial y a la imaginería de un vecino artista le dieron otro uso.

Antaño, a ese vagón lo llamaban jaula, porque llevaba ganado; luego trasladaba carga y finalmente pasajeros. Es de unos 15 metros de largo por 2,40 de ancho. Tras resucitarlo, lo primerito que se hizo fue pintarle un tren por fuera.

Por dentro se acomodó un montón de maravillas ferroviarias: sellos, insignias, revista, botones, condecoraciones, títulos… Y óleos que hablan del ferrocarril del Viejo Luchador, don Eloy Alfaro Delgado.

Este pequeño museo y sala de talleres de pintura será inaugurado a mediados de marzo, pero los guambritos de la Escuela Buenos Aires ya se presentaron allí para dar su visto bueno. Emocionados quedaron con las historias que les contaron.

Por ejemplo, que la pieza reina lleva unos clavitos que une sus partes, porque antes no había pega; mide unos 4 por 3 centímetros. En el boleto se puede leer: vale para un pasaje, de Guayaquil-Riobamba.

Los pases fueron evolucionando, cuenta Jerry Reinoso, el artista que ideó el concepto de este Vagón de Arte. Más tarde hubo una sábana de boletos, eran tan grandes porque en cada parada se cortaba un trozo.

Otro objeto que se puede observar dentro del vagón es una réplica de un clavo de oro. Se dice que el 25 de junio de 1908 llegó el ferrocarril a Chimbacalle y la hija de Eloy Alfaro (América) se encargó de dar los primeros golpes en el clavo del último riel de la línea.

Esta y muchas historias más se contarán dentro del Vagón de Arte, porque el objetivo es, según Reinoso, que se conozca la gran riqueza que tiene Chimbacalle. Después, los visitantes podrán entusiasmarse con los talleres que allí habrá.

Se impartirán técnicas del arte quiteño, pintura, acuarela, caligrafía... Los cursos arrancarán mañana, 17 de febrero del 2017, a las 10:00. Se replicarán dos veces a la semana (sábado y miércoles). El costo: USD 5, incluido materiales.

Raúl Almendáriz, vecino del sector, aplaude esta iniciativa porque la vecindad reconocerá lo que tiene y lo usará. Dicho esto, no dude en acercarse a este lugar ubicado en la Quilotoa y Sangay, tal cual lo hicieron los guagüitos de la Buenos Aires, y dar su visto bueno.

No hay cómo perderse, pues está frente al frontón de la estatua de bronce de Eloy, que se hizo en 1956.