Vecinos de Pisulí en alerta por robos
Al recorrer las calles del barrio Pisulí, ubicado en el noroccidente de Quito, lo primero que recomiendan los vecinos es caminar con precaución y observar que ningún desconocido se acerque a robar. Aseguran que los atracos se dan a cualquier hora del día.
Las víctimas son los estudiantes de un establecimiento educativo y transeúntes de ese populoso sector.
La mañana de ayer, 11 de febrero del 2019, este Diario se dio una vuelta por la zona y las quejas de los vecinos fueron unánimes. Cuentan que desconocidos se reúnen en las esquinas para, de forma agresiva, pedirles dinero a los alumnos. Luego les quitan los teléfonos celulares o las mochilas.
También hay robos a los camiones que distribuyen comestibles y bebidas en la zona. Precisamente la mañana de ayer un grupo de gente observó cómo dos personas se llevaron bebidas gaseosas de un vehículo repartidor. Ocurrió en las tiendas ubicadas en las calles Rumihurco y OE11A.
En otros puntos existe venta de droga, lo cual también incrementa la inseguridad. Según los moradores, hay desconocidos que ingresan a los locales comerciales a pedir dinero. Si los propietarios no les entregan lo que piden, corren el riesgo de ser agredidos con objetos contundentes.
Otro problema es que la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) cuenta con escaso personal. “La que antes prestaba servicio en Pisulí se trasladó al barrio Jaime Roldós en donde descansan y hacen sus actividades. Aquí patrullan de vez en cuando”, manifestó un vecino.
Ante los problemas de inseguridad, los habitantes analizan la posibilidad de realizar rondas nocturnas para vigilar la zona. Uno de los dirigentes del vecindario opinó que el trabajo que realiza la Policía Nacional en Pisulí es deficiente.
En el sector, el pasado viernes 8 de febrero, una mujer fue víctima de femicidio por parte de su expareja. El hombre apuñaló a la mujer en plena calle.
