placeholder
Las Últimas
24 de agosto de 2022 18:00

‘Filitos’ en preparar los abonos

Ellos aprenden, que tanto los desechos orgánicos como inorgánicos, pueden aprovecharse bien. Foto: cortesía Luis Ayenla

Los vecinos aprenden, que tanto los desechos orgánicos como inorgánicos, pueden aprovecharse bien. Foto: cortesía Luis Ayenla

Karen Madrid

En Yaruquí, nororiente de Quito, hay unos talleres alhajas de agroecología que se enseñan los martes y jueves, de 14:00 a 15:00.

Luis Ayenla está a cargo de la actividad junto a su compañera, Carolina Espinoza. Ambos son biólogos y acordaron hacer estas capacitaciones que están seguros también son del interés de sus vecinos.

El primer curso arrancó la semana anterior con 15 cupos. Los participantes aprenden sobre la separación de desechos orgánicos e inorgánicos y su reciclaje para el cultivo de plantas.

“La idea es motivar a la gente y a la vez educarla para que aprenda a aprovechar todos los desechos que se generan en la casa”, señala Ayenla.

Así, los materiales orgánicos se utilizan como abono para sembrar, mientras que los inorgánicos, como botellas, plásticos, papel y otros pueden usarse como contenedores para los mismos vegetales.

Foto: cortesía Luis Ayenla

Las cubetas de huevos también pueden usarse para colocar semillas. Foto: cortesía Luis Ayenla

“Eso no debe irse al carro de la basura, sino que lo debemos aprovechar, cortando los envases y dándoles utilidad para cultivar las plantas”, dice el biólogo que ya tiene su propio negocio de sustratos y abonos orgánicos desde hace unos cinco años.

En los cursos también les enseñan acerca del buen manejo de la tierra y la elaboración de huertos.

Y es que la mayoría de los vecinos tienen sus terrenitos en dónde siembran sus hortalizas para el consumo diario o la venta.

“Nos enseñan a guardar los residuos que salen de la cocina y a poner en una compostera para que de ahí salga el abonito para seguir preparando, a reciclar botellas...”, cuenta Susana Guagrilla, de 54 años.

Ella tiene un criadero de conejos y cuyes. El abono que saca de estos animales lo vende, por lo que el curso le ha ayudado a perfeccionar el preparado de la tierra.

Foto: cortesía Luis Ayenla

Todos los vecinos meten mano en la tierra. Foto: cortesía Luis Ayenla

El plan de Ayenla es impartir más talleres como estos, una vez que termine con los de ahora.

Él espera que sus vecinos pongan en práctica estos buenos hábitos, cuiden la naturaleza y sean responsables con el medio ambiente.

“La solución es responsabilizarnos desde casa, antes de echar la culpa a los gobiernos, porque nosotros somos los verdaderos entes de manejo de desechos”, comparte su reflexión el biólogo yaruqueño.

Cristian Parra, egresado de la carrera de Agropecuaria, le está dando una mano a Luis con lo que sabe.

“Me parece una buena capacitación para todas las personas de la parroquia. Como nos reunimos y conversamos, damos nuestras opiniones y experiencias”, comenta el joven.

Cada vecino maneja sus cultivos a su manera, aun así, no dejan de aprender cosas nuevas y hasta toman apuntes de lo que les llama la atención.

Parra cree que sí es necesario que se abran más talleres sobre cómo acabar con las plagas en las plantas, para aprender a tratarlas de forma orgánica.