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3 de septiembre de 2019 08:48

Tres vías de Quito cambiarán de nombre

Lorena Izurieta (d), de Planificación-Epmmop, y Teresa Tayo, de Nomenclatura. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Lorena Izurieta (d), de Planificación-Epmmop, y Teresa Tayo, de Nomenclatura. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Betty Beltrán
(I)

Ya empezó el trámite para que tres vías archiconocidas de Quito cambien de nombre. A nombres de mujer.

Si todo culmina como lo planeado, la Ruta Viva pasaría a ser Tránsito Amaguaña; la avenida De los Granados, María Augusta Urrutia; y la vía Collas, Hipatia Cárdenas.

La tramitología va que vuela, pues este rato se está socializando la propuesta con los vecinos de las zonas circundantes y con los frentistas de las vías.

Las autoridades municipales creen que en noviembre del 2019 se tendrían las ordenanzas respectivas y en diciembre se instalarían las placas con los nombres de estas insignes damas.

Todo este trabajo forma parte del proyecto Normas para la Nomenclatura del Distrito, que presentó la concejala Andrea Hidalgo. El objetivo: acabar con la desigualdad entre hombres y mujeres en los nombres de las calles de Quito.

No ve que de las 11 696 vías que tiene la ciudad solo 389 están dedicadas a las féminas, cantidad mucho menor a las 3 612 que llevan el nombre de ilustres varones. El resto se distribuye entre calles de temáticas diferentes (2 207) y aquellas que solo tienen códigos (5 488).

Dentro de la propuesta se incluye el pedido de que, de hoy en más, se dé prelación a las mujeres en la identificación de las nuevas arterias o en las que solo tienen números y letras. Y equiparar, sostiene la concejala, la presencia de ellas en el mapa de las calles de la capital.

Lorena Izurieta, gerente de Planificación de la Empresa Pública Metropolitana de Movilidad y Obras Públicas (Epmmop), cuenta que la asignación de nombres de las calles no es cosa del otro mundo. Solo es cuestión de que los vecinos se reúnan y hagan la propuesta, que luego hay que comunicarla al Municipio. Eso sí, el barrio debe estar regularizado.

Luego, la Epmmop hace su análisis técnico de factibilidad y el Cronista de la Ciudad entrega el aval histórico para dar nombre a las calles. Esos dos pasos, con el visto bueno, también se cumplieron en el caso del proyecto de cambio de la Ruta Viva, De los Granados y Collas.

Una vez que culmine la socialización con los vecinos y frentistas, todos esos datos se pondrán en consideración de la Comisión de Uso de Suelo y finalmente pasará al Concejo para su discusión en dos debates. En tres meses, la aprobación de un nombre sale (ordenanza).

En este momento hay 20 solicitudes de asignación de calles en diferentes puntos de la urbe. Las propuestas de los moradores contemplan dar a las calles nombres de especies endémicas, de santos, de ángeles... También hay pedidos de embajadas con los nombres de países o ciudades.

Los nombres, dice Patricio Guerra, cronista de la Ciudad, dan una representatividad y empoderamiento a un determinado sector. Por eso, es necesario que a la hora de proponer nombres recuerden la identidad quiteña o la historia nacional, tal cual los tres nombres propuestas para la Ruta Viva, De los Granados y Collas.

Tras el cara a cara con los vecinos, en estas semanas en las planillas de agua potable de estos sectores constará la información sobre el cambio de denominación, y a partir de la aprobación de la Ordenanza la Epmmop hará el cambio respectivo en el sistema de nomenclatura del Distrito.

También se informa a las empresas municipales para que este trabajo no dificulte la vida del usuario. Desde la emisión de la Ordenanza quedará un mes para hacer esos cambios e instalar las placas. Así que, con toda seguridad, en las Fiestas de Quito habrá inauguración de estas esas calles con sus nuevas denominaciones.