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26 de febrero de 2020 10:32

Vicente, ‘el Peregrino de Quito’

En El Sagrario, Vicente García posa junto a la imagen de El Peregrino. Fotos: Betty Beltrán y Cortesía

En El Sagrario, Vicente García posa junto a la imagen de El Peregrino. Fotos: Betty Beltrán y Cortesía

Betty Beltrán

A Vicente García más lo conocen como ‘El Peregrino de Quito’. Este quiteño, nacido en 1993, es el encargado de la Pastoral Juvenil del Centro de Quito y hace un año y medio recibió ese apelativo que le enorgullece tanto.

Una monjita fue quien le puso ese ‘mote’, tras verlo de aquí para allá durante la organización de la Jornada Nacional de la Juventud, en Quito. Esta actividad católica suele realizarse cada año y reúne a casi 10 000 jóvenes católicos.

Poco a poco, este ‘Peregrino’ se ha hecho un lugar en el área del turismo religioso, porque su objetivo es dar trascendencia a tesoros poco conocidos. Sus recorridos guiados son bien documentados.

Desde pequeño sabía que su entrega sería por el prójimo. Todo por el ejemplo de su madre, Juana García. Ella es del grupo de oración de las iglesias del Centro Histórico de Quito.

Y Vicente la acompañaba: el lunes con San Vicente de Santo Domingo, martes con Santa Anita de la Catedral, el miércoles con San Cayetano de San Agustín, el jueves con el Santísimo de El Sagrario, el viernes con Jesús del Gran Poder en San Francisco.

Ni el fin de semana paraba, pues el sábado iba a La Merced y el domingo a la misa dominical. De allí que, a los 5 años ya se sabía el Rosario en latín.

Su inclinación por la religión se ahondó en su escuela El Cebollar. Y cuando se preparaba para la primera comunión sintió, cuenta, un llamado al servicio e incluso estuvo en el Seminario Mayor, pero se retiró tras un profundo discernimiento. Pero se quedó “sirviendo al Señor”; hoy es catequista en San Diego.

Antes de su Primera Comunión, su idea era ser miembro del GOE, y justo en eso le llegó la vocación: al inicio quiso ser franciscano, luego dominico; incluso estuvo con los mercedarios y después con los diocesanos.

Una vez que salió del Seminario, le echó el ojo a la carrera de Turismo, pero no se concretó por los costos, y le apostó a la Psicología. Actualmente cursa el octavo semestre, en la Universidad Central.

A corto plazo, su objetivo es seguir ayudando a la gente de escasos recursos a través de los recorridos que hace con ‘El Peregrino de Quito’ y, de paso, formar una fundación para apoyar a la cultura de la capital.

Su conocimiento sobre santa Marianita de Jesús le motivó a escribir el libro ‘Una azucena en el jardín de Quito’ que, “Dios quiera, pronto vea la luz”.

Tiene tanto rigor en lo que hace que, cuando no está en sus catequesis o universidad, está en la biblioteca escarbando la historia que le seduce desde guambra.