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6 de septiembre de 2018 09:22

La vecina está de celebración

La Virgen de La Merced, o conocida como Nuestra Madre de La Merced, bajó del altar. Es de piedra. Fotos: cortesía padre Eduardo Navas y Ana Guerrero / ÚN

La Virgen de La Merced, o conocida como Nuestra Madre de La Merced, bajó del altar. Es de piedra. Fotos: cortesía padre Eduardo Navas y Ana Guerrero / ÚN

Redacción Últimas Noticias
(I)

La vecina de Quito, como se conoce a la Virgen de La Merced, bajó de su altar. No lo hacía desde 1972 y desde este 15 de septiembre estará en la parte baja del altar mayor de la iglesia de las calles Chile y Cuenca, en el Centro.

La podrá, ordenadamente, ver de cerquita y hasta tocar. Estará abajo hasta el 16 de diciembre. Se festejan los 100 años de la coronación canónica de la imagen religiosa.

La Generalísima de las Fuerzas Armadas está desde el 30 de agosto en la sacristía de la iglesia La Merced. Luce la banda de la institución, el escudo de la orden de los Mercedarios, la chonta que le entregaron los representantes de la Yumbada en el 2014, el collar donado por la Prefectura de El Oro, entre otras indumentarias.

El padre Eduardo Navas, superior provincial de la orden de La Merced en Ecuador, destaca las características de la Virgen, pues fue la primerita en acolitar a evangelizar en el país. Es una imagen de piedra y tiene un origen prehispánico.

Según relatan los Mercedarios, como una de las versiones del origen de la estampa, en 1527, los españoles encontraron en la Isla de la Plata una imagen, que los nativos tenían a manera de ídolo.

Los religiosos que arribaron con los conquistadores vieron en esa efigie algo más que un ídolo, una imagen de María, la consagraron como Nuestra Madre de La Merced y después la trasladaron a Quito.

El sacerdote cuenta que al ser la primera imagen mariana en Quito, en la repartición de tierras que hicieron los conquistadores le tocó unas propiedades. Así que, por esto, el cabildo de Quito la reconoció como vecina, colona y protectora de la ciudad.

Y como en el territorio había harto terremoto y erupciones volcánicas, también se llevó el título de Virgen del Terremoto y Del Volcán. Con decirle que hasta se le atribuye que, así como llegó con los conquistadores, luego acolitó para la independencia en la Batalla de Pichincha.

La Virgen de La Merced, además, tiene otras distinciones. Primero la Fuerza Aérea Ecuatoriana y luego las Fuerzas Armadas, la declararon Patrona y Generalísima.

Navas, para mostrar con más detalle las raíces de la estampa, muestra una imagen sin los atuendos que suele usar. En ella se distingue el material, pura piedra. Por eso pesa cinco quintales y medio.

En honor a la Virgen de La Merced, desde el 15 de este mes empezará una novena y una nueva edición del Rosario de la Aurora, que recorrerá barrios del centro de la capital: La Tola, San Juan, La Libertad, El Panecillo, La Colmena, Toctiuco, San Sebastián, Chimbacalle, El Cebollar, El Placer, La Chilena, San Marcos y Loma Grande.

Y así como el Niño Jesús tiene su eucaristía de medianoche, conocida como la Misa del Gallo, la Virgen tiene su ceremonia nocturna, la Misa de la Gallina. Así se conoce popularmente a la ceremonia que se celebra el 23 de septiembre.

Hay otra particularidad: los vecinos Franciscanos salen del convento en la noche y presiden la misa en La Merced, con la presencia de los Mercedarios.

Para cerrar el festejo de la Madre de La Merced, el 16 de diciembre se celebrará la eucaristía fuera del templo y habrá una procesión por el Centro. Luego la imagen volverá al altar.