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15 de noviembre de 2019 12:47

Las otras vírgenes de El Quinche

En la parroquia rural de Atahualpa hay una gran romería. Foto: cortesía parroquia Atahualpa

En la parroquia rural de Atahualpa hay una gran romería. Foto: cortesía parroquia Atahualpa

Betty Beltrán
(I)

Este fin de semana (16 y 17 de noviembre del 2019) se reeditarán, como cada año, las caminatas hacia el santuario de la Virgen de El Quinche. Pero esa imagen no es exclusiva de aquellos lares, pues en varios templos del Distrito Metropolitano de Quito también está enraizada la devoción.

Los altares de iglesias del Centro -Santo Domingo, El Sagrario y San Sebastián- tienen un espacio para esa advocación de María; incluso en los barrios Tambo del Inca, Selva Alegre, Cochabamba, Chimbacalle… y en las parroquias rurales de Nayón, Atahualpa…

En algunas de ellas, las fiestas son ya antiguas y se arman con todas las de ley. Sin embargo, la que más destaca es la celebración que se hace en Atahualpa, no en vano la llaman “El Quinche chiquito”.

Su párroco, Darwin Salazar, recuerda que hace 132 años una familia de la localidad tropezó con una piedra en la cual estaba esculpida María y, con el andar de los años, la fe creció. Y cada 24 de noviembre se arma la fiesta.

En la iglesia de El Sagrario, la Virgen tiene su altar. Foto: Betty Beltrán / ÚN

En la iglesia de El Sagrario, la Virgen tiene su altar. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Un mes y medio antes, la Virgen sale a recorrer los barrios de Atahualpa y las parroquias rurales vecinas, cuenta el padre Salazar. Incluso la imagen viene a Quito, a los barrios San Carlos y Pusuquí, para que los atahualpinos residentes en la capital la recen.

Hoy, 15 de noviembre del 2019, tendrá lugar la caminata desde Tanlahua (Mitad del Mundo) hasta Atahualpa. Los participantes suelen demorar toda la noche en cubrir ese trayecto; salen a las 22:00 y llegan a las 06:00, a la primera misa.

Otros eventos grandes están pactados para la próxima semana y la víspera de la fiesta grande, el sábado 23 noviembre, habrá de todo un poco: castillos, misas, bandas, baile y con artistas. Empezará desde la tarde; luego vendrán las procesiones de cada barrio.

Al día siguiente, el 24 de noviembre, suele reeditarse uno de los ritos con harta fe: se trata del denominado ‘Beso a la Virgen’. Los devotos acostumbran a hacer una larga fila para tocar a la piedra donde está María. Los detalles de esta celebración están a cargo de los priostes y el comité de fiesta.

En medio del jolgorio, el parque central se llena de gente que baja de todos los lados: San Antonio, Pomasqui, Otavalo, Latacunga... No faltan las jochas y las primicias. La iglesia colonial de Atahualpa se ilumina como nunca.

En Nayón el fervor se anidó desde hace más de 20 años, cuenta su párroco Leonardo Merino. Y es abrumador, agrega, cómo la gente celebra la misa en el santuario de Santa Ana de Nayón y luego se va a la caminata de El Quinche, que es este fin de semana.

La devoción por esa imagen no acaba allí, pues el próximo jueves 21 de noviembre, a las 18:00, los vecinos, con sus respectivos priostes, le pasan una misa. Luego se realiza la peregrinación alrededor del parque de Nayón.

Los vecinos de Chimbacalle también profesan cariño por la Virgen de El Quinche. Hace unos 80 años, la familia Ortega Álvarez realizó la fiesta y hasta el sol de hoy la mantiene. Este año está pactada hacerla para el jueves 21 de noviembre, a partir de las 19:00.

La familia Ortega Álvarez, de Chimbacalle. Foto: cortesía familia Ortega

La familia Ortega Álvarez, de Chimbacalle. Foto: cortesía familia Ortega

Don Mario Ortega, de 72 años, es el prioste de esta edición. Cuenta que, desde que tuvo uso de razón, sus abuelitos y luego sus padres se encargaron de esta fiesta religiosa para agradecer un milagro que recibieron.

La ceremonia es multitudinaria, tanto que la parentela que vive en Estados Unidos se monta en un avión solo para asistir a la fiesta. En estos días se reza la novena con mariachis.

Tras la misa del jueves, alrededor de las 20:30 vendrá la procesión con la banda de pueblo, que se hace por las calles de la Ciudadela México; no faltan los voladores y el chagrillo (pétalos de flores).

La comilona también es fija, y el baile general. En este año será en la casa comunal y tienen permiso para alzar el pañuelo hasta las 02:00. No faltará la chichita.

Los hermanos de don Mario, que viven en el exterior, son los encargados de traer la ropa nueva a la imagen de 80 centímetros de alto. Tiene harta ropa, incluso zarcillos de oro; todos los años recibe ajuar completo.