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2012-10-03 05:00:00

Lucha por abrir su propio museo

RodrigoRodrigo Dueu00f1as con las piezas del Museo de Ciencias Naturales que tanto anhela para la Villa Flora. Pau00fal Rivas / UN
Luis Fernando Orquera

Rodrigo Dueñas es un taxidermista que comparte con los vecinos su amor por la naturaleza.u00a0Sostiene un libro de las especies del Ecuador en sus manos. Estrellas de mar, escarabajos, aves, serpientes y caparazones de tortugas disecados son sus guardianes. Es Rodrigo Dueñas, el taxidermista de la Villa Flora y uno de los primeros en visualizar la declaración de Quito como Patrimonio Cultural de la Humanidad.u00a0Ambateño de nacimiento, quiteño por convicción, el hombre de 76 años es arquitecto, pero desde hace más de 28 años se dedica al estudio de la naturaleza y a enseñársela a los vecinos.u00a0Soy hijo del conocido Indio Mariano, dice. Esto al tiempo que recuerda que llegó al barrio cuando tenía 4 años. Al lado de un vecino aprendió a doblar hierro para fabricar puertas para las primeras villas del sector. Seis reales era el sueldo semanal. Cuatro reales le daba a mi mamá y dos me guardaba para ir al Cine México.u00a0En sus viajes hacia Chile y otros destinos, con mochila al hombro, fueron apareciendo una diversidad de especies, cuenta. Cruzar el desierto del Perú y luego ver el verde maravilloso de mi país fue suficiente para encantarme con la naturaleza.u00a0Estudió y trabajó en el Colegio Mejía. Allí tuvo las primeras guías en la taxidermia. Hace tres años, luego de jubilarse como docente en el Pensionado Tarqui. Decidió abrir su taller, donde colocó las especies que él y sus alumnos han encontrado.u00a0En la esquina de la Pedro de Alfaro y Díaz de Pineda, donde llegan niños, jóvenes y adultos para conocer sobre sus hallazgos e investigaciones, Dueñas organiza las piezas para lo que, dice, será el Museo de Ciencias Naturales de la Villa Flora.u00a0El arquitecto cuenta su deseo mientras acaricia a Chari Chavelita Marulanda Dueñas Guzmán, su perra, la cual ha estado junto a él desde hace 13 años y que, pese a haber perdido la vista, no tarda en lamer el mentón de su dueño.u00a0En 1971, cuenta, escribió un artículo explicando que Quito debería ser declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad. No sé si influyó, pero en 1978 la declaratoria se oficializó.