Inventó el Ciclopaseo
La madrugada del 23 de abril del 2003 la lluvia taladraba los oídos de Diego Puente, un activista ecológico de
26 años. El rumor sordo de las gotas sobre su casa de La Gasca le hacía remover dentro de sus sábanas. El sudor ácido de la madrugada le sabía
a incertidumbre y aflicción. Esa lluvia amenazaba el trabajo de más de 10 años del activista quiteño.
Justo para ese día estaba planeado el primer Ciclopaseo en la historia de Quito y Diego, ese soñador empedernido y pelilargo, era el responsable del proyecto. Luego de pelearse desde guambra con las petroleras, con las mineras, con las camaroneras y con todo lo que oliera a
desequilibrio del medioambiente, Diego
ya era perito en
protestas
y manifestaciones.Pero aquella mañana de domingo sería la primera vez que él
trabajaría
hombro con hombro junto a
la autoridad. El entonces alcalde Paco Moncayo había accedido a pedalear con los
guambras de Biciacción que desde hace años
exigían
un poco de espacio para una movilidad sin humo. El operativo estaba montado, la Policía pondría su contingente, los ciclistas habían sido convocados por e-mail, con
volantes, con rueda de prensau0085 Todo
estaba listo. Excepto el clima. Tras la
lluvia, el sol era
una
brumosa angustia.La pelea de la
bici¿Cuál es la magia de
una bici? ¿Qué tiene
para volverse el símbolo de una vida? ¿Por qué obsesionó tanto
a
Diego? Él tampoco lo sabe bien. En la oficina de su nueva fundación, Ciclópolis, se masajea
la
barba
antes de contestar. u0093Fue como una verdad que ya estaba clara entre los pocos que empezamos con esto. Por mucho tiempo acolitábamos las luchas de defensa de la naturaleza. Pero no éramos ni indígenas ni campesinos. Éramos jóvenes y urbanos. Queríamos que se respetara el medioambiente dentro de nuestra ciudad. La bicicleta fue nuestra respuestau0094.Cuando él lo dice parece
facilito. Pero detrás de esas frases hay un trabajo largo, complejo
y, muchas veces, penoso. Desde septiembre de 1996, Diego y unos 10 amigos instauraron un pequeño acto mensual, llamado Viernes de Pedales, que
se parecía más bien
a un saludo a la bandera. Hacían caravanas y avanzaban por la ciudad soportando pitos e insultos.En esas anduvo un par de años
hasta que el azar jugó para
su lado. En septiembre de 1999,
los taxistas paralizaron la ciudad. u0093La gente, a la fuerza, se dio cuenta de que
hay maneras alternativas de moverseu0094.
Ese viernes de pedales en vez de 10 hubo 100 ciclistas.
En el 2001, por el Día del
Deporte Barrial, se realizó la primera salida masiva de ciclistas a la calle.
Fueron
2 500
que llegaron desde la Tribuna del Sur
y
la Cruz del Papa.Amanecer en QuitoAquel 23 de abril, el sol apareció tarde, pero apareció. Desde
las 09:30 el alcalde Moncayo y Diego Puente ciclearon
juntos por cerca de seis kilómetros. En ese paseo quedó establecido
el hábito
que cambió el rostro de la ciudad en la última década. El Ciclopaseo se instituyó como parte del
ADN de la ciudad. Cada domingo salen a la calle, en promedio, 50 000 personas. Entre ellas va Diego,
con sus
tres hijos, contento de haberle ganado al esmog, al menos una
vez a la semana.