Serrano y el fútbol

Sea porque el Poder Ejecutivo cada vez interviene más dentro de todos los ámbitos de la sociedad, o porque la escalada de violencia en los estadios es persistente desde hace un par de años, el ministro del Interior, José Serrano, se ha vuelto protagonista dentro de nuestro fútbol.Las apariciones de Serrano han sido atadas a la contingencia. En noviembre del año pasado, en plena conmoción por la muerte de un hincha de Barcelona, antes de un clásico del Astillero, Serrano estuvo para lanzar una campaña: los 10 mandamientos por la paz del fútbol ecuatoriano.

Acompañado de Luis Chiriboga, el presidente de la FEF, José Francisco Cevallos, su colega en la Cartera de Deportes y otros funcionarios, Serrano presentó una declaración de principios, meramente publicitaria. Es que, en el plano real, poco o nada se hizo.

Empezando porque la investigación del asesinato del hincha de Barcelona jamás encontró luces, mucho menos un final. Nueve meses después, con otro insuceso de por medio (un policía herido, tras el partido Quito-Liga del sábado pasado), Serrano apareció en forma intempestiva para ordenar el retiro de la vigilancia policial de los estadios.

Aparte de que la medida se ha cumplido a medias (en los partidos de Copa y del torneo de esta semana se vio, aunque disminuido, el contingente policial), Serrano enfrentó esta semana problemas mucho más graves, como la represión de los manifestantes del Yasuní. Seguramente, el descanso obligado de la actividad futbolística grande enfriará la actitud de Serrano.

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