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2015-12-17 09:25:25

Espera por un indulto

AnguloAngulo permanece en el Centro de Detenciu00f3n de Infractores de Tru00e1nsito. Foto: Diego Pallero / u00daN
Lucia Vasconez

Martín Angulo pasó de ser el vicerrector del Instituto Nacional Mejía a ser el coordinador del comedor del Centro de Detención de Infractores de Tránsito de Quito.Para él ya no es solo una frase hecha, es una realidad: un error puede cambiar la vida de las personas en un minuto.

El 7 de octubre, Angulo fue sentenciado a 40 meses de privación de la libertad por provocar un accidente de tránsito que terminó con la vida de una adulta mayor, hecho ocurrido el 25 de abril.

Su familia y amigos aseguran que no es un bebedor habitual, pero ese fatídico sábado admite que consumió dos cervezas artesanales en su oficina. Y, luego en la vía antigua a Conocoto, atropelló a una mujer de 67 años, quien horas después murió.

La valoración de alcohol en la sangre realizada la noche del incidente marcó 1,7 gramos para Angulo; lo permitido es 0,3 gramos.

Ese agravante, más la declaración de un testigo que aseguró que antes del incidente mortal el implicado habría atropellado a otra mujer, quien no sufrió daños graves, lo complicaron. Su defensa fue casi inútil ante estas circunstancias.

El Código Orgánico Integral Penal (COIP) es claro. En el artículo 376 se habla de penas de entre 10 y 12 años para estos casos. Sin embargo, ante un consejo de la Fiscal que llevaba el caso, Angulo se declaró culpable y la pena se rebajó a la tercera parte: 40 meses. Lleva siete.

La Fiscalía actuó directamente. Las familias de las afectadas decidieron no levantar cargos. Sofía, la hija mayor de Angulo, asegura que hoy tienen una buena relación con estas personas y les agradece por la comprensión.

Angulo no puede dejar atrás su vocación de maestro mientras paga su condena. Se convirtió en el asesor jurídico de los detenidos del Centro. Además, es el coordinador del comedor del lugar.

Por USD 7 entrega a los reclusos almuerzos y meriendas de lunes a viernes. Su esperanza de ser liberado no se ha terminado.

Sus compañeros profesores del Mejía y su familia trabajan para pedir una audiencia en la Presidencia de la República para pedir un indulto, estipulado en el Decreto 461.

Confía en que el fallo será favorable. El miedo que tiene su familia es que sea trasladado el Centro de Detención de Latacunga. Pero, confían en que ese traslado no ocurra.Redacción Quito. (I)Noticias relacionadas

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