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2016-01-23 09:32:09

Al sur de Quito, en busca de empleo

LasLas entrevistas de trabajo se desarrollan en el campamento de la obra, que se encuentra en Quitumbe, sur de Quito. Foto: Eduardo Teru00e1n / u00daN

Buscan trabajo 'de lo que sea'. Así lo aseguraron algunas de las 500 personas que ayer, con carpeta bajo el brazo, hicieron fila en el Centro de Operaciones Quitumbe, en el sur.Todos intentan dejar sus hojas de vida y conseguir una de las 20 mil plazas de trabajo que, según han dicho las autoridades de la ciudad, se generarán por la construcción de la segunda fase del Metro de Quito, la cual arrancó el martes.

Hay de todas las edades. Rafael Cundury, de 57 años, busca un puesto 'de lo que le den'. Toda su vida laboral ha construido tanques para gasolina y, desde hace dos años, no tiene contratos. Su situación es angustiante.

Igual panorama vive, desde hace seis meses, Louru00addes Pita. La mujer de 39 años es oriunda de Daule (Guayas) y hace cuatro años vive en el sector de El Conde, sur de la urbe. En su tierra realizaba la limpieza de casas, igual función desempeñaba en unas oficinas de abogados, pero con la reducción de personal se quedó sin empleo.

Edson Tacuri, de 19 años y vecino de El Calzado, es plomero. Y también está sin trabajo: 'Las chauchas que hago en el barrio no me permiten vivir dignamente', confiesa. Y la lista continúa...Las entrevistas

A un contenedor que hacía las veces de oficina pasaban grupos de 20 personas; allí, frente a una mesita, con un especialista de talento humano, se ponían en fila y les indicaban que la hoja debía estar al día, con todas las direcciones escritas bien claras; además, con todas las referencias de sus antiguos trabajos.

Emperatriz García, de 36 años, entregó la hoja de vida y contó que hasta el 25 de febrero le ofrecieron darle alguna noticia. Ella es bachiller en Contabilidad y está dispuesta, afirma, a 'trabajar de lo que sea'. Vive en el barrio Nueva Aurora y tiene dos hijos menores.

Junto a la larga fila de buscadores de trabajo ya se han instalado vendedoras ambulantes, puestos de secos de gallina, encebollados y sandías. Pero muy pocos se acercaban a comprar... Todo por la crisis, dijo una de las comerciantes.

Betty Beltrán. (I)bbeltran@elcomercio.com