Tránsito a lo racional

Alguien se acuerda que hace pocos años era común que los ciudadanos seamos tomados como rehenes de los transportistas que paralizaban las ciudades sacando los buses de circulación y los taxistas bloqueaban las calles, para forzar alguna demanda. La imagen de camionetas abarrotadas de gente es imborrable. Queda mucho por hacer, pero hay que reconocer y felicitar al

Alcalde de Quito Augusto Barrera y a Ricardo Antón, Director de la Comisión Nacional de Tránsito, porque al fin los ciudadanos de a pie, los usuarios del transporte y los mismos conductores ciframos esperanzas en el Convenio entre el Municipio de Quito y la Comisión de Tránsito sobre las competencias que asumirá el Cabildo en dicha materia. Es la punta del ovillo de un cambio del caos hacia el orden en el tránsito y el transporte en el Ecuador y que nadie se atrevió a tocar porque increíblemente era un feudo policial. Ellos han puesto el dedo en la llaga y complacidos los ecuatorianos vemos que no hay pujas ni se defienden

intereses institucionales, gremiales o personales,

sino se piensa en el bienestar común, para que en el futuro próximo, manejar por nuestras calles no sea un tormento, para que los conductores respeten al peatón, para evitar accidentes y viajar rápido y seguro en transportes públicos eficaces y eficientes, para hacer respetar las leyes de tránsito, tener parqueaderos seguros, eliminar la coima y la corrupción y por sobre todo para que los Gobiernos y las administraciones de turno no regresen más al burdo clientelismo y la politiquería de bienes públicos y servicios estratégicos y técnicos como lo son el tránsito, el transporte y la seguridad vial.