Pedernales sufre insomnio tras los sismos

Cayó la noche en Pedernales y algunas personas se rehusaban a regresar a los hogares. El susto que provocaron las réplicas sucedidas la madrugada y el mediodía del 18 de mayo volvió a las calles del pueblo y la gente se acomodó afuera para pasar la noche a la intemperie.

Las carpas, sin embargo, eran escasas y lo que un día antes se encontraba lleno de negocios y comidas ayer miércoles 18 de mayo se notaba desolado.Una de las vías en donde se vio mayor afluencia de gente fue El Carmen. En las carpas de los negocios de comida o simplemente con sillas y cobijas las familias se acomodaron para recibir el nuevo día afuera entre el viento y el pasar de los carros en la carretera.

La familia de Carmen Cheme es una de las que se estableció en este espacio porque el terreno es de su propiedad. Tiene cuatro hijos, uno vive en Quito y el resto ha permanecido con ella desde el primer sismo.

La mujer evacuó de su vivienda y se alojó en la planicie cerca de su casa después del 16 de abril. Allí había pernoctado junto a su familia durante un mes.

La noche del martes, no obstante, decidieron volver a su casa y el miércoles despertaron con la fuerte réplica, por lo que esta noche optaron por volver a la calle.

Al espacio de Cheme se unieron cuatro familias más -15 personas en total- que también habitan en la vía a El Carmen. Armaron una especie de sala y se asentaron en la tierra mientras daba la noche.

Con sillas, cobijas, colchones y alfombras se acomodaron frente a un televisor con conexiones improvisadas en donde miraban las noticias de los hechos del día.

Pasaron la noche entera realizando turnos entre los integrantes de la familia: Tenemos que hacer guardia porque los ladrones hacen de las suyas, no podemos descuidarnos, cuenta Medardo Cheme, el padre de Carmen. Porque ni en la desgracia respetan.

Vía a Jama, del mismo modo, se pudieron percibir algunos campamentos improvisados con gente que empezó a instalarse en bancas públicas o en sus propios espacios acomodando con fundas plásticas y palos sus viviendas temporales.

Para Carmen Cheme este evento les ha recordado el primer susto del 16 de abril y por ello prefieren permanecer alejados de las estructuras. Por eso estamos aquí cinco familias refugiadas para pasar unidos, concluye su padre.

Ana Veintimilla (I) Desde Pedernales

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