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2012-03-14 12:55:47

Panecillo, su fortín

EnEn El Panecillo habitaban varios de los integrantes de las bandas detenidas el lunes. Foto: UN

Los moradores del barrio temen a que la tranquilidad dure solo una semana o como mucho, un mes. Piden severidad a las autoridades.María José* no sabe lo que es vivir en un barrio tranquilo. Nació hace 23 años, en el Panecillo, y desde que tiene memoria -junto a su familia- ha tenido que lidiar con el robo, la extorsión, el miedo y el temor.Y es que la presencia de las bandas delictivas Los Mama Lucha y Los María Luisa, cuyos supuestos cabecillas fueron detenidos en el operativo Avalancha la madrugada del lunes, no es nueva en el sector.

Están aquí desde antes de que naciera, acota la joven.Varios delitosMaría José* cuenta que a pesar de que siempre ha vivido a la defensiva -sin salir a jugar en las calles del barrio ni conversar en la puerta de la casa- los peores momentos en el barrio los vivió hace apenas una semana.Secuestraron a mi familia para presionarla a que les den dinero, comenta nerviosa. Pero este no es el único caso y mucho menos el último testimonio del temor en el que ha estado sumido el Panecillo. La extorsión es para Manuel*, otro morador del lugar, uno de los delitos

con el que el barrio entero ha tenido que convivir durante más de 30 años. Si se tenía una tiendita había que pagarles para que no roben. Según ellos cuidaban el local, señala Manuel*.Este morador indica que de manera sorpresiva la vigilancia al local se terminaba cuando no se pagaba lo que le pedían y que luego el local era robado. Pero el colmo del descaro, según Manuel*, era cuando a los dos días del robo llegaban hasta donde la víctima y le decían que si querían recuperar sus objetos debían entregarles ese rato USD 1 000.Préstamo sin finEn cambio, Estela* narra otra de las formas de actuar de estas bandas. Ella tuvo la mala suerte de pedir prestado a Los Mama Lucha USD 2 000 debido a una urgencia.Fue lo peor que pude hacer en la vida. Esa deuda se volvió interminable, manifiesta la mujer. Y es que, según Estela*, cuando ya terminó de cancelar el préstamo los delincuentes le decían que por los intereses la deuda había crecido.Lo peor es que ella ni podía enojarse porque le iba peor. Las amenazas de muerte a sus hijos o esposo eran la respuesta. Los uniformados tampoco se salvaron de estas bandas. Un policía que prestó servicio en la UPC del Panecillo cuenta que una vez el retén fue apedreado porque desalojó de la vía a un grupo de Los María Luisa que estaban libando.

Por eso me cambiaron, dice.María José* luce ahora más tranquila, asegura que ese confort se lo dieron los noticieros del lunes, cuando anunciaron que 24 integrantes de estas bandas fueron capturados. Pero todos vuelven a temer de tan solo pensar que los delincuentes puedan recuperar su libertad.*Nombres cambiados.Más de este operativo:Avalancha en el Centro