Minería: la discordia

Miles de indígenas demandan al presidente Rafael Correa la anulación del contrato minero firmado el 5 de marzo pasado con la empresa china Ecuacorriente.La minería a gran escala abrió el debate. El Gobierno y los movimientos sociales miden hoy sus fuerzas. Unos apoyan la extracción de minerales, los otros defienden al medio ambiente.'Mejores contratos'Pero, ¿quién tiene la razón en esta discusión? ¿El Ecuador se beneficiará de este 'boom' minero? El presidente de la República, Rafael Correa, asegura que sí. De hecho, para el Primer Mandatario, los contratos que firmará el Gobierno serán los mejores de América Latina.Así lo reconoció en la penúltima cadena sabatina. Todos los demás países tienen muchísimo menos que lo que ha logrado el Ecuador. Son los mejores contratos que se han negociado en la historia de la actividad, explicó Correa.

El Estado recibirá el 52% de regalías de los acuerdos mineros. Así lo establece la Constitución actual. El primer convenio de exploración, explotación y exportación se firmó el pasado 5 de marzo con la empresa china Ecuacorriente.

En el documento se fijó ese porcentaje de ganancia para el Estado.

Esto, a diferencia, según el Presidente, de países como Argentina y Perú que obtienen regalías del 35% y 33%, respectivamente.

'Daño ambiental'El compromiso con Ecuacorriente dispone la explotación del proyecto de cobre Mirador, que se ubicará en Zamora Chinchipe. El convenio con la compañía durará 25 años.Se estima que en esa zona existen 5 000 millones de libras de cobre. Es decir, una ganancia para el Ecuador de USD 4 458 millones.Además, el Gobierno tiene previsto concretar dos proyectos más: Fruta del Norte y Río Blanco. En ellos se piensa extraer reservas de oro y plata.La firma del contrato con China es lo que incomoda a los movimientos indígenas y sociales a favor del medio ambiente. La marcha que llegó hoy a Quito pide la anulación del acuerdo con la empresa Ecuacorriente.Según los manifestantes, la explotación de cobre supondría un impacto ambiental severo. Para ellos, los territorios de extracción afectarían para siempre a las comunidades indígenas y la naturaleza. Consideran que las vertientes de agua podrían ser contaminadas. Sin embargo, el Presidente Correa, pese a que acepta que se puede producir un impacto ambiental en las zonas de extracción, explica que, con la tecnología actual, el daño sería pequeño.Pero, estudios demuestran que el suelo, luego de la explotación de minerales, se vuelve estéril. Solo el tiempo dará la razón a cualquiera de los dos bandos. Por ahora, los manifestantes se encuentran en Quito exigiendo que la extracción de esos recursos no se concrete.