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10 de febrero de 2017 13:22

Agente de tránsito, un trabajo de vértigo

Diana Rosero ama lo que hace, y se cuida ante el clima de Quito. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Diana Rosero ama lo que hace, y se cuida ante el clima de Quito. Foto: Betty Beltrán / ÚN

Betty Beltrán

Hace días que no hacen feos días en Quito. O sea, lluvias incesantes y con truenos, soles penitentes que queman la piel o fríos que hielan los huesos. Los más agradecidos son, sin lugar a dudas, los agentes civiles de tránsito que están en plena calle.

Pero cuando llegan esos temporales de miedo, abundan los resfriados, amigdalitis, faringitis y rinitis. Incluso líos digestivos.

Sobre estos malestares da cuenta Eduardo Tinitana, médico ocupacional de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT). Y la tercera patología: una infinidad de golpes y atropellos.

Sin embargo, el índice de siniestralidad en el personal ha bajado. Según las estadísticas de la AMT: en el 2015 tuvieron 143 accidentes laborables y en el 2016, 111.

Por el mismo hecho de estar en la calle deben estar más protegidos, y se trata de dar la mayor capacitación de autocuidado, agrega el especialista.

Lo primero: dotar a todo el personal (algo más de 2 000 agentes) de un kit de protección, el cual cuenta con chubasquero, gafas de sol, tapones y máscara. Y en la parte de salud tienen a disposición un dispensario por La Gasca. Allí se atiende permanentemente.

Ante las inclemencias del clima, la salvación es el kit. Es más, Diana Rosero, agente civil con tres años de experiencia, usa también el impermeable,el cual le ayuda en temporales lluviosos.

Hay más: la agente recuerda que se ubica en lugares estratégicos para que el conductor pueda divisarla. Y usa su inseparable pito.

La joven de 23 años es totalmente operativa y, según cuenta, la administración más dura es la Eugenio Espejo (hipercentro). Lo es porque las vías de la zona son muy amplias y hay bastante carga vehicular que complica la movilidad de todos.
“Pero fuimos capacitados para realizar ese trabajo de mejor manera, y al cabo del tiempo adquirimos experiencia”, agrega Diana. Incluso tienen entrenamiento para actuar ante personas agresivas: primero escucha, luego entiende y al final actúa con la ley.

Fausto Miranda, supervisor de la AMT, coincide que la tarea de los agentes es difícil por la operatividad. No solo dirigen el tráfico. Hay grupos operativos: mujeres motorizadas, grupos de descongestión y del Trole, motorizados de caravanas (los X). Trabajan 24 horas al día. Encima hacen tareas de seguridad vial y charlas.