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29 de diciembre de 2016 13:13

Calendarios se resisten a marcharse

Isaac Peña, director de la Prensa Católica, muestra los almanaques que vende en su local desde ha ce 10 años.Foto: Betty Beltrán / ÚN

Isaac Peña, director de la Prensa Católica, muestra los almanaques que vende en su local desde ha ce 10 años.Foto: Betty Beltrán / ÚN

Betty Beltrán

Casi tan esperados como el agua de mayo, los calendarios de diversos tipos ya se vende en Quito. Ahí están los infaltables: del santoral y de fechas cívicas. Y desde hace 10 años, cobra fuerza el agrícola, el pecuario, el médico lunar y el religioso.
Son prácticos y económicos (entre USD 1 y 3), menciona Isaac Peña, director de la Prensa Católica, uno de los lugares donde se venden estos productos.

El calendario agrícola está orientado para especialistas, también para un ama de casa que tiene una planta en la ventana.

Otro producto popular es el calendario pecuario lunar, que habla sobre el cuidado y mantenimiento de animales (ovino, caprino, aves, cerdos…), incluso los remedios. Mientras que el calendario lunar, dice Peña, no es tan divulgado pero quien lo descubre se entusiasma tanto. Igual reacción tiene el calendario religioso, que muestra el santoral diario.

El famoso Bristol -cuyo precio está en USD 1- se vende hace fu y la demanda se mantiene. Isabel Freire, de La Tola, recuerda que en base a los santorales que se encuentran en ese libro le ponían los nombres a las guaguas.

Allí se ofrece la orientación de la luna. También las fechas cívicas, religiosas, datos históricos actuales y curiosos de investigación.

No faltan los calendarios con un mensaje de prosperidad para el año nuevo. Usualmente se entregan gratis, en tiendas barriales; es una tradición y un mecanismo de publicidad.