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2 de febrero de 2017 12:48

'Facu' y Hernán Galíndez colaboran con los pelados

Los 11 pelados que estudian en el John Osteen alternan libros y entrenamientos. Aquí, junto a los padrinos Galíndez y Martínez y al impulsor del plan, Cristian Reinoso. Foto: Patricio Terán/ ÚN.

Los 11 pelados que estudian en el John Osteen alternan libros y entrenamientos. Aquí, junto a los padrinos Galíndez y Martínez y al impulsor del plan, Cristian Reinoso. Foto: Patricio Terán/ ÚN.

Pablo Campos

El arquero Hernán Galíndez es un bromista consumado. El golero de Universidad Católica, que el año pasado no se perdió un partido del torneo, es una metralleta de hacer chistes y de generar ambientes relajados.

Pero también tiene momentos en los que habla en serio. Está parado al frente de los 11 chicos de las juveniles de la ‘Chato’ que pertenecen a la Fundación Fútbol Estudio y ahí lanza una arenga parecida a las que da a sus compañeros del primer equipo antes de saltar a la cancha.

“Chicos, el fútbol no es para siempre y muchas veces no todos pueden llegar a Primera. Por eso, es importante que no abandonen los estudios, que aprovechen estas oportunidades”.

El mensaje cala hondo en el grupo, en donde reina el silencio. Luego, será el mismo Galíndez, el que rompa el hielo con una de sus bromas. Su destinatario es precisamente su ahijado en el proyecto, el golero Kevin Burbano, un joven y grandulón deportista de tiernos 17 añitos.

La charla se produce en una de las aulas del colegio John Osteen, en Conocoto, en donde la Fundación Fútbol Estudio colocó a los 11 chicos para que se reconcilien con los libros.

El director de la iniciativa, Cristian Reinoso, cuenta que esta es la segunda promoción de futbolistas que reciben clases en dicho centro educativo. El año pasado, el proyecto se inició con cinco juveniles.

Reinoso cuenta que,en una primera etapa, el programa se realiza con guambras de la Universidad Católica y que, en un segundo momento, también se hará la invitación a otros cuadros del Valle, como el Clan o el mismo Independiente.

Los chicos reciben becas parciales y totales, dependiendo de los casos en el mencionado colegio. Para financiar los costos de la educación, la Fundación apela a la empresa privada, pero también a los futbolistas consagrados.

Así, el año pasado, Rivera le contó de su proyecto a Facundo Martínez, el capitán de la Católica y al arquero Galíndez, dos de los símbolos del ‘Trencito’.

La idea era que ellos pudieran apadrinar a dos de sus compañeros y ayudar a costear sus estudios. Los dos argentinos no lo pensaron mucho y se pusieron manos a la obra.

Galíndez se hace cargo de los gastos estudiantiles del golerito Burbano, mientras que ‘Facu’ hace lo mismo con José Cifuentes.

“Cifu es mi amigo, ya ha jugado en el primer equipo y creo que era justo poder ayudarlo. Yo siempre lo impulso a estudiar y le digo lo importante que es no aflojar ni en los entrenamientos ni en los estudios”, dice el volante Martínez.

Hernan Galindez y Facundo Martinez jugadores de la Universidad Catolica apadrinan a dos estudiantes del Colegio John Osteen . En la foto los jugadores con los estudiantes Kevin Burbano y Jose Cifuentes, Foto: Patricio Terán / ÚN

Hernan Galindez y Facundo Martinez jugadores de la Universidad Catolica apadrinan a dos estudiantes del Colegio John Osteen . En la foto los jugadores con los estudiantes Kevin Burbano y Jose Cifuentes, Foto: Patricio Terán / ÚN

El día que ÚLTIMAS visitó el centro educativo (24 de enero), el teléfono del ‘Facu’ hervía. Los periodistas lo llamaban, uno tras otro, para tener una reacción suya tras la nacionalización del ‘Kitu’ Díaz.

¿Qué tiene que ver Facundo con eso? Pues que él también quiere ser ecuatoriano y desde hace ocho meses nadie le contesta ni le para bola al pedido. Esto, pese a que su guagua menor (Olivia) es ecuatoriana. “Habrá que esperar. Ojo, no tengo nada contra el Kitu, solo quiero que se dé trámite a mi caso”, decía en las entrevistas telefónicas.

Pero al mal tiempo buena cara. Martínez reía animadamente con las bromas de Galíndez y también se animaba a hacerles chistes a los juveniles. A Yarol Tafur, preseleccionado sub 17, le decía: “y con 25 años ¿sí se puede jugar en la 17? La carcajada fue general.

Los chicos aprenden ciencia, ortografía y también harto inglés, una herramienta que pudiera servirles de mucho si son transferidos al exterior.

‘Cifu’ cuenta que quienes están en la Sub 18 van a clases de 08:00 a 14:00 y luego van a entrenarse. En cambio, los que practican en la mañana estudian en la tarde. Tienen agenda copada.