Iglesia busca vías para evangelizar
Justo para el lunes estaba previsto realizar la asamblea plenaria con todos los obispos del país para elegir a las nuevas autoridades de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana. El estado de emergencia, a consecuencia del covid-19, lo impidió y ese asunto se dejará para más adelante.
Sin embargo, el organismo nacional de la Iglesia conformado por 43 obispos -30 de ellos en plena actividad y el resto eméritos- sigue con su trabajo pastoral dentro de las comisiones que tiene y la coordinación con todos los purpurados.
Cada tres años se realiza ese cónclave puntual, y en el cual también se dan a conocer las actividades realizadas por cada una de las mesas de trabajo que tienen la misión de cuidar a la familia. Y ahora, con la pandemia, hay que animar el trabajo pastoral desde casa adentro, menciona monseñor René Coba, secretario General de la Conferencia Episcopal y obispo de Ibarra.
Agrega que “se han cerrado los templos, pero se abrieron los templos más importantes: la familia”. En ese sentido, apostilla el prelado, cada diócesis y arquidiócesis va haciendo un trabajo de animación con una nueva mirada frente a lo que estamos viviendo.
Está convencido que “tocará que todos cambiemos, porque debemos pensar cómo serán las misas de ahora en más, los bautismos, la catequesis…, todos los sacramentos. El tema de la sustentación de la iglesia, el de la pastoral social, la educación de los establecimientos, entre otros”.
Y ante ello, “tocará reactivar las comisiones de las áreas pastorales y comisiones de la Conferencia donde están la comisión de evangelización, liturgia, catequesis, de los sacerdotes…”. Esas comisiones están integrantes por varios obispos.
En conclusión, apunta monseñor Coba, la consigna es cómo reavivar la familia y cómo replantear la pastoral social para llegar a las personas más necesitadas. Y cómo hacer un proyecto de reanimación a la comunidad.
Ojalá pase pronto esta cuarentena para poder hacer la elección, con voto secreto. De todos los obispos, solo 32 tienen esa facultad. Ser Presidente de la Conferencia no es un cargo de dignidad sino de servicio pastoral, apunta Coba. Y concluye en que es un servicio grande de animación y coordinación.
