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13 de abril de 2017 15:30

'Sari' es bien pata caliente

Cada que el fútbol se lo permite, el ‘Sari’ coge carretera y recorre el Austro junto a su mamita, su esposa y su guagua. Fotos: Cortesía

Cada que el fútbol se lo permite, el ‘Sari’ coge carretera y recorre el Austro junto a su mamita, su esposa y su guagua. Fotos: Cortesía

Manuel Quizhpe 

Pese a que le juró amor eterno al Deportivo Quito, Luis Saritama tuvo que salir del club de sus amores, luego del descenso de la ‘AKD’ a la B, en el 2015. La siguiente parada en su carrera deportiva fue el Deportivo Cuenca, club en el que ya lleva dos años.

El fútbol es un pretexto para conocer nuevos países, para explorar otras culturas. A ‘Sari’, la pelota lo ha llevado a vivir en Lima, cuando defendió la camiseta del Alianza, y también a Monterrey y a la Ciudad de México, cuando jugó en Tigres y en el América.

Pero bueno, ahora que anda por Cuenca, el lojano aprovecha su tiempo libre para visitar los lugares turísticos del Azuay y probar su variada gastronomía.

En esas aventuras siempre está acompañado por las mujeres de su vida: su mamita Norma Padilla y su esposa Belén Almeida.

Saritama le cuenta a ÚLTIMAS que ya se ha recorrido los lugares turísticos de Cuenca y los alrededores. “Azuay es muy bonito”, reconoce el exseleccionado, luego de una práctica del ‘Expreso Austral’. Entre otros, el futbolista recorrió el mirador de Turi, las lagunas de El Cajas, los cantones azuayos Gualaceo y Paute.

Uno de sus lugares favoritos es Turi, ubicado en el sur de Cuenca, desde donde se observa la ciudad.

El año pasado también visitó la hostería Dos Chorreras, que está a 20 kilómetros del Centro Histórico y a una altitud superior a los 3 500 metros sobre el nivel del mar. El exvolante de Alianza Lima de Perú, Tigres y América de México, está enamorado de Cuenca. “Es una ciudad hermosa para vivir, por su gente, el clima y la posibilidad de tener todo cerca. He degustado la diversidad de platos, incluido el cuy con papas y mote. La comida es rica”.

En sus momentos de descanso también acude a los centros comerciales de Cuenca con su esposita Belén y con su tierno guagua Emilio. También se da vueltas con sus compañeros de equipo, sobre todo en los recesos de las concentraciones antes de los partidos del torneo.

A su criterio, desde que llegó al ‘Expreso Austral’ siempre se sintió cómodo, con el respaldo permanente de la hinchada.

Este año tuvo la posibilidad de jugar en MLS de Estados Unidos o en el Clan Juvenil de Sangolquí; sin embargo, decidió quedarse en el Deportivo Cuenca, un club en el que dice sentirse querido y valorado por el cuerpo técnico de Gabriel Schurrer.

Deportivo Quito fue el club de sus amores y por todo el entorno que vive, el representativo azuayo se convirtió en su segundo hogar. “Me siento muy a gusto en Deportivo Cuenca, se ha formado una verdadera familia en el interior del plantel y eso es fundamental para la convivencia”.

Con la experiencia de haber vivido en Perú y en México, el exjugador de Liga de Quito y Barcelona se adaptó rápido en Cuenca. Él está convencido que sus compañeros, el cuerpo técnico, la dirigencia y la hinchada hacen un complemento ideal.

En su segunda temporada se planteó seguir siendo protagonista y luchar con el equipo por ocupar posiciones estelares, en el torneo nacional y en la Copa Sudamericana. El Cuenca debutó la semana pasada en la Sudamericana y sacó un empate ante el Oriente Petrolero en Santa Cruz de la Sierra. Los morlacos esperan un buen resultado en la vuelta para avanzar de fase.

‘Sari’, como le dicen sus compañeros, define al torneo nacional como equilibrado, puesto que Barcelona, Emelec, Independiente del Valle y Universidad Católica hicieron pocos cambios.

“Daremos pelea con las armas que tenemos y la ilusión que nadie nos quita”, dice el mediocampista lojano, que seguirá recorriendo zonas turísticas del Austro cuando el fútbol lo permita.