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30 de noviembre de 2016 15:41

Luminofoto Silva, fotos con recuerdos de memorables personajes

Luminofoto Silva es uno de los estudios fotográficos más tradicionales del Centro Histórico y se ubica en el Pasaje Amador, en las calles Garcia Moreno, entre Espejo y Sucre

Luminofoto Silva es uno de los estudios fotográficos más tradicionales del Centro Histórico y se ubica en el Pasaje Amador, en las calles Garcia Moreno, entre Espejo y Sucre

Santiago Ponce

Cuando Joel Silva cumplió 12 años, en su natal Puéllaro, conoció a un matrimonio que hacía fotografía, quienes se lo llevaron a Quito para que les ayude en la tarea. A los 27 años decidió instalar su propio estudio fotográfico frente a la Iglesia de la Compañía, en el centro de Quito. Luego, en 1954 fue invitado a México y Hollywood para aprender y especializarse en el oficio.

Así nació Luminofoto Silva, uno de los estudios fotográficos más antiguos de Quito, como cuenta su esposa Teresita López. Ella lo acompañó desde finales de los 70 cuando se instalaron en los locales del tradicional Pasaje Amador.

El fotógrafo logró retratar a grandes personajes de la época. Ella recuerda, con mucha emoción, cuando una ocasión el presidente ecuatoriano José María Velasco Ibarra le llamó a su despacho para que le tome unas fotos, sentado sobre el sillón presidencial. Cuando Silva llegó al Palacio le pidió al Mandatario, en más de una ocasión, que se moviera para encontrar un mejor ángulo. Ella cuenta que el entonces Jefe de Estado respondió: “A mí no acostumbran a darme órdenes. Solamente a usted le obedezco porque sé que está haciendo su trabajo”, recordó.

Teresita viuda de Silva, esposa de uno de los primeros fotógrafos de Quito

Teresita cuenta los anécdotas que tuvo su esposo en Carondelet.

A más del oficio de retratar, Silva fue conocido más como uno de los primeros pilotos de automovilismo de la capital, sin embargo, sus mejores amigos los tuvo en su tradicional estudio. Él fue el fotógrafo personal del presidente Otto Arosemena Gómez (1966-1968), así como también del interino Clemente Yerovi y Rodrigo Borja.

Después de su muerte, el 18 de mayo de 1994, el estudio fotográfico quedó a cargo de su primogénito Luis y el penúltimo Esteban. En total, Joel y Teresita tuvieron siete herederos de los cuales solamente los dos decidieron seguir con el oficio. En 1995 ambos obtuvieron el título de Maestros en la rama artesanal de la Fotografía, otorgado por el Ministerio de Educación y Cultura, de ese entonces.

Según la familia, Silva  fue el pionero de las fotografías de color en Ecuador. El estudio tuvo su auge en las décadas de los ochenta y noventa. Frente a sus lentes posaron, artistas, concejales, músicos y reinas de belleza. Una galería con todas las reinas de Quito se exhiben en el Municipio de Quito en donde están varias fotografías de antaño realizadas por él.

"Lamentablemente todas las fotografías tenemos en negativo y no las hemos vuelto a revelar como para tener una muestra", dijo con un ligero movimiento de sus labios su primer hijo, mientras organizaba una pequeñas cajas con rollos fotográficos. 

Luis y Esteban Silva continaron con el negocio del estudio fotográfico de su padre. Foto: Santiago Ponce / ÚN

Luis y Esteban Silva continaron con el negocio del estudio fotográfico de su padre. Foto: Santiago Ponce / ÚN

Luis Silva el mayor de los hermanos, y quién heredó el oficio, comenta que desde que la fotografía digital apareció en Ecuador, a principios del 2 000, fue reduciendo el trabajo. “Mantenemos los clientes de antes, quienes vienen con sus familias a realizarse fotografías artísticas, pero actualmente lo que más hacemos son fotos de carnet para la escuela o para las hojas de vida. Hasta los matrimonios han disminuido porque hay mucha competencia”, lamenta.

En el interior del local, parece que se hubiera detenido el tiempo. Una caja registradora de los años ochenta adorna el recibidor en donde reposan fotografías de militares y de bodas estilo noventa.

Lo único moderno es el estudio, que como todos los actuales tiene cámaras de foto digitales, luces y una portátil para descargar las imágenes. Lo demás tiene un aroma a antiguo como los recuerdos de la familia Silva que no quiere dejar a un lado el negocio de su padre.