Más de 20 minutos. Ese tiempo, calcula, que estuvo Eugenia Carrión en un pequeño tramo de la av. Amazonas, entre la av. Eloy Alfaro y República. Eran las 14:00.

Por algo se empieza. En esta ocasión, la meta es alcanzar ciudades más verdes, partiendo por un sector. La iniciativa se denomina Huella Neutra, Laboratorios Urbanos del CEES. La premisa: mejorar la calidad de vida de los moradores de un lugar determinado de Quito.

La capital tiene una amplia oferta en cuanto a organizadores de eventos y los servicios básicos y complementarios que requiere un encuentro internacional, para desarrollarse con altos estándares de calidad.

Luego de cuatro días de descanso por el feriado de Carnaval, los turistas emprendieron su regreso a casa. Según las autoridades, al menos 30 000 autos ingresaron a la capital el martes desde diversos puntos del país.

Un total de 25 animales de compañía fueron rescatados en el sector de Chillogallo, en el sur de Quito. Estos eran comercializados en los alrededores e inmediaciones del mercado Las Cuadras.

Visualmente la calidad del aire de Quito se ha deteriorado y vuelve a notarse la contaminación, luego de cielos claros y el aire limpio que sorprendieron en el confinamiento.

La campaña se inició el primer viernes de noviembre del año pasado con el objetivo de recolectar alimentos, a cambio de una entrada a los museos.

En estos días cada vez es más común ver a decenas de vecinos que hacen filas en las afueras de los laboratorios, en la búsqueda de una prueba para descartar el coronavirus.

Un quiteño pierde en promedio 173 horas al año mientras viaja en bus o en auto, según la consultora internacional Inrix. Esto equivale a que cada ciudadano pasa 7,2 días al año atorado en los embotellamientos que ocurren casi a diario. Si, porque hasta los sábados muchas vías son intransitables.

Los parques siguen siendo una opción llamativa cuando se trata de distracción y entretenimiento. También son una alternativa para evitar lugares cerrados en los que se propaga con mayor facilidad el covid-19. Sin embargo, existe la posibilidad de contraer el virus en estos espacios.

Recuperar las tradiciones de los quiteños. Esta es la consigna de un grupo de vecinos de la capital. Esta nueva iniciativa nació en San Blas-La Tola y se fue abriendo paso hacia otros barrios del Centro, sur y más. Sumaron 46.

En un puesto se empacan las figuras del pesebre y las fundas con dulces, en otro, en cambio, empiezan a alinearse los monigotes que llegan desde Chiriyacu, en Quito, así como desde Guayaquil, Santo Domingo, Guaranda, entre otros puntos del país. Las imágenes se distinguen, este 26 de diciembre, frente a la Tribuna del Sur.

El incremento de casos detectados en el país con la variante Ómicron del covid-19 preocupa a las autoridades municipales.

El ambiente navideño ya se respira en las instalaciones del Museo Franciscano, ubicado en el convento de San Francisco del Centro Histórico de Quito.

Una de las alternativas que se maneja para ordenar el comercio que actualmente se hace en las calles de Quito es trasladar a los vendedores ambulantes a otros espacios.

El pesebre gigante que está en la cima de El Panecillo no es el único espacio de Quito que luce decorado con cientos de luminarias navideñas.

El parque de la Juventud de Carapungo y la Plaza de San José de Morán son los escenarios para la reunión de trabajadores de 12 asociaciones del norte de Quito. Los puestos se arman por Navidad.

Las lluvias son toda una pesadilla para los vecinos de los barrios Valle del Sur y Virgen del Quinche, ubicados junto a la quebrada de Caupicho. Lo mismo pasa en el sector El Paraíso de Guajaló, ubicado junto a la quebrada El Capulí.

El Municipio lanzó una iniciativa para embellecer los parques de la ciudad y volverlos sitios acogedores.

Los puestos donde puede encontrar adornos y figuras para el pesebre desde USD 1 hasta los USD 100 y pico ya están regados en el centro, sur y norte.